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lunes, 28 de septiembre de 2015

.::SIRIA Y EL IMPERIO DEL ANTICRISTO::.

.::SIRIA Y EL IMPERIO DEL ANTICRISTO::.

Por Matías Guffanti 

Entrevista realizada a la hermana Guadalupe, 
misionera de la congregación del verbo encarnado de argentina, 
radicada desde hace 18 años en Medio Oriente, 
los últimos 4 en Aleppo, 
Siria. 

Detrás de los murmullos del mundo, de las miradas frías e indiferentes, detrás de cada universo personal gobernado por la mente, detrás de los millones de proyectos e ideas en los que se contempla únicamente el sentimiento egoísta y material, detrás del espiral descendente de la sociedad que aprisiona el alma de la humanidad, allí, detrás de todo eso que nos envuelve, nos ciega y nos adormece, está la inmensa y desolada realidad que pocos ven.

A ella se puede llegar sólo con la aspiración sincera e incondicional de encontrar la verdad, para así descubrir la verdadera vida que da sentido a cada ser y a cada cosa que existe. Una realidad en la cual ángeles y demonios pelean una batalla constante por las almas de aquellos que ha creado el Padre. Es una guerra que se libra en cada ser y que se manifiesta en cada acto del mundo ilusorio en el que estamos inmersos. Una batalla espiritual que, consecuentemente, se manifiesta en el plano material.

Los traidores de Alá y los traidores de Cristo han vendido su alma al demonio, matando a Dios en cada niño, negociando su ambición de sangre y poder con el imperio de Lucifer, a cambio de la muerte de su pueblo. A ello se suma el fanatismo y el fundamentalismo religioso, que convierte a la antigua tierra prometida en un infierno de hipocresía, mentira y dolor.

El pasado 24 de agosto, en el programa de radio Frecuencia Joven, FM AZ 92.7, de la ciudad de Rosario, se entrevistó a la hermana María de Guadalupe Rodrigo, quien dio un extraordinario testimonio sobre sus años como misionera en Medio Oriente, en donde aún hoy continua prestando ayuda. Sus palabras reflejan una de las realidades que se viven en este mundo, donde la guerra, la desesperación, el odio, se manifiestan junto a los milagros y las señales divinas, convirtiendo a aquel lugar en una ventana al Cielo y al Infierno simultáneamente.

La persecución y tortura a los cristianos, el sostén de Occidente a los grupos terroristas, la mentira del ISIS, los miles de niños y adultos mártires en una guerra sin pausa, son temas comunes y cotidianos para quienes viven allí y que esta monja pudo presenciar desde el inicio del conflicto. La entrevista se realizó una semana antes de la triste y famosa noticia de la muerte de Aylan, a raíz de la cual, todos los medios importantes del país la llamaron para que dé su testimonio sobre Siria.

La hermana Guadalupe es una religiosa argentina de 42 años que desde hace 18 se encuentra en misión en Medio Oriente. Pasó por diferentes países con su labor de ayuda a los que más lo necesitan hasta instalarse en Egipto, en donde desarrolló su mayor actividad. Luego de un arduo trabajo, Guadalupe cuenta que sus superiores le dijeron que debía descansar y le pidieron que elija un lugar para continuar con su misión, pero de una forma más tranquila. A estas palabras, la religiosa respondió que elegía la ciudad de Aleppo, Siria, por su tranquilidad y buena convivencia entre musulmanes y cristianos.

Así fue entonces que viajó hacia aquella ciudad que parecía esperarla con armonía y aires de paz, pero el destino le preparaba un nuevo desafío. Como si la lucha en Egipto contra la pobreza, la discriminación y la persecución a los cristianos no fuera poco, a los cuatro meses de estar en misión en Siria la guerra civil se desató destruyendo todo a su paso. Y la ciudad de Aleppo, la más rica del país, se convirtió en la más deseada por los grupos terroristas islámicos.

Después de 4 años la guerra sigue sin cesar su agresividad y odio. Los cristianos son los más afectados en estos enfrentamientos, siendo perseguidos, torturados y asesinados. Pero a pesar de ello, en una batalla constante sin precedentes hay, sin embargo, religiosos como la Hermana Guadalupe que deciden estar en medio de las bombas y de las balas para ayudar a sus hermanos.

Guadalupe Rodrigo es integrante de la Familia del Verbo Encarnado y siempre se emociona al contar sus vivencias en Medio Oriente. Actualmente se encuentra en Argentina por cuestiones personales pero aseguró que en pocos días volverá a Aleppo a seguir con su actividad. Ya que, según sus palabras, “ahora no podría abandonar a esa gente”.

Transcripción de la entrevista

Matías Guffanti: Cuéntenos sobre usted. 

Hermana Guadalupe:
Yo soy misionera hace varios años. Hace unos 18 años que soy misionera allá en Oriente, en Belén, en Tierra Santa, después en Egipto, en varios lugares, he estado en Jordania, en Túnez, pero claro esto de Siria es algo totalmente nuevo para nosotros como misioneros, porque por más que uno se encuentre con muchas miserias humanas en la misión, lo de la guerra en Siria para nosotros es una cosa nueva. Es una cosa muy difícil de imaginar, uno puede ver películas, o le pueden contar lo que es la guerra, pero vivirla así, de adentro y estar al lado de esa gente, ver como sufre, es muy distinto. Para nosotros como misioneros es una experiencia única y de alguna manera también lo consideramos una gracia, un privilegio poder acompañar a esta gente que ahora tanto lo necesita. 

MG: ¿Hay una persecución muy grande a los cristianos en Siria? ¿Cómo se vive hoy esa persecución?

Hermana Guadalupe:
Bueno, la persecución a los cristianos no es una cosa nueva, ya viene desde hace mucho tiempo atrás. Lo que pasa es que ahora ha tenido más difusión por el accionar de grupos muy conocidos, como el Estado Islámico, pero no es nuevo. Sí lo es en Siria, porque en ese país antes de la guerra se vivía una situación de muy buena convivencia entre cristianos y musulmanes, por el hecho de que el gobierno era laico, o islámico moderado, entonces se daba esa buena relación que era muy pacífica para Medio Oriente. Pero todo eso cambió con la guerra, ciertamente estos grupos que son manejados desde afuera, son grupos extremistas que no toleran nada que no sea lo que profesan ellos. Es una persecución terrible, han arrasado pueblos enteros en Siria, pueblos cristianos, han asesinado pueblos enteros. Ofrecen siempre la posibilidad de convertirse al Islam para salvarse, para salvar sus vidas, pero la gente no lo acepta, los cristianos no lo aceptan, mueren así, serenamente, libremente, pronunciando el nombre de Jesús, no reniegan de eso. La persecución es durísima, ellos tanto en Siria como en Irak están persiguiendo mucho al cristianismo, de esa manera que quizás han escuchado, marcando las casas con la letra “nun”, que es la primera letra árabe de la palabra Nazareno. Así es como llaman a los cristianos, van marcando las casas con esa letra y, cuando ven las casas marcadas entran y matan de una manera atroz.

MG: ¿Cuál es el objetivo que persigue el ISIS al hacer eso? 

Hermana Guadalupe:
Tanto el ISIS, el Estado Islámico, como los otros grupos que están militando en la zona, porque son varios grupos, son muchos, todos estos grupos fundamentalistas, extremistas, buscan que caiga el gobierno laico, obviamente, y que se imponga la ley islámica, que se imponga el Corán como ley civil. Y esto, que en principio sería formar un califato entre Siria e Irak, es el principio de un objetivo final que tienen y que es que todo el mundo se transforme en una nación islámica, eso es clarísimo. 

MG: ¿Actúan solos o reciben ayuda de Estados Unidos?

Hermana Guadalupe:
Cuando uno ve la manera en que está armada esta gente, y ve también de dónde vienen, porque son extranjeros sobre todo de Arabia Saudita y de otros países árabes, pero también reclutas de Europa, a los que le pagan sueldos altísimos, empieza a preguntarse de dónde sale todo eso, todo el armamento que tienen ¿de dónde sale? Alguien los tiene que estar subsidiando, alguien los tiene que estar financiando, alguien se está enriqueciendo. Alguien o varios, ciertamente son varios los países que apoyan, no directamente al terrorismo porque no lo dicen así, sino a la oposición al gobierno, como ellos lo llaman. Le dicen oposición legítima, pero en este caso son todos terroristas, no hay otro tipo de oposición al gobierno. Y buscan otros objetivos, objetivos políticos, objetivos económicos ciertamente, pero sí, la gente comenta muchísimo que países importantes apoyan al terrorismo, incluso el Papa Francisco lo ha dicho fuertemente: basta de apoyar a grupos terroristas, lo dijo claramente.

MG: ¿Cómo es vivir en una guerra constante? 

Hermana Guadalupe:
Lamentablemente se nos ha hecho costumbre, porque los bombardeos, los ataques, los tiroteos son permanentes. Y es en toda la ciudad, no es que hay una zona en la que se libran los combates, el escenario de la guerra, y el resto de la ciudad está intacta. No. La guerra es en plena ciudad, los terroristas disparan al azar, indiscriminadamente, contra los civiles, contra hospitales, escuelas, iglesias, y sobre todo los barrios cristianos. Y esto es permanente, en cualquier lado de la ciudad. Llevamos viviendo así desde hace 4 años, de manera que esta música de fondo de las explosiones y de los tiros, se nos ha hecho lamentablemente normal, la escuchamos durante el día y mucho más durante la noche. En las cuales dormimos en los subsuelos, ya que en la ciudad de Aleppo todos los edificios tienen subsuelos bajo tierra, por una cuestión estética, para no hacer edificios tan altos. De manera que, estos subsuelos nos sirven de refugio y en general la gente duerme bajo tierra para protegerse un poco más, cuando los bombardeos son más intensos. Pero después, en el día, uno va llevando la vida cotidiana como puede. Es heroico, los chicos siguen yendo a la escuela, esquivando balas, la gente sigue saliendo para comprar, para trabajar obviamente, nadie sale a pasear, pero la vida continúa y en esas condiciones precarias en las que estamos, tenemos electricidad 1 o 2 horas por día, no más, entonces eso realmente desordena bastante la vida cotidiana. Cuando llega la electricidad por ejemplo, hay que dejar todo y aprovechar esa hora o esas 2 horas de luz para todas las cosas que uno hace con la electricidad. Y después, prácticamente se vive encerrado, porque si bien la gente sale igual, no es la vida normal del que puede salir a pasear, a tomarse un día de descanso. 

MG: ¿Hay francotiradores? 

Hermana Guadalupe: Sí, hay francotiradores y la gente ya sabe dónde se esconden, la mayoría lo sabemos. Cuando uno anda por las calles, siempre andamos con mucho cuidado y caminamos muy rápidamente. Ya sabemos que en los lugares donde hay francotiradores hay que pasar corriendo por ejemplo, entonces uno ya sabe cuáles son las calles que tienen francotiradores y nos juntamos en una esquina y cruzamos corriendo, en grupo. La gente se acostumbra a esto, vienen proyectiles en cualquier lugar y a cualquier hora del día, haciendo también de la ciudad un caos, en el sentido de que es permanente. Es normal ver cuando vienen los camiones de la municipalidad a limpiar, a juntar restos en bolsas de nylon, llevar los restos a la morgue, a limpiar y a barrer. Porque es permanente, no es como cuando hay un atentado, que cierran las calles y todo se detiene por 2 o 3 días, no, se sigue viviendo como si nada.

MG: ¿Cómo viven esto los niños y los jóvenes?

Hermana Guadalupe:
Bueno, es admirable, realmente es admirable, porque cuando uno está viviendo en esas circunstancias, y está viviendo semejante tragedia, se está viviendo en riesgo. Y al ver las fotos la gente se sorprende, y nos dice que le gustaría ver imágenes de la gente en la guerra, nos preguntan quiénes son, o nos dicen que son fotos de antes de la guerra, y nosotros les decimos que no, que son personas que están viviendo en medio de la guerra y sin embargo sonríen de esa manera, que se ve en nuestra página “SOS Cristianos en Siria”. La manera en que estos cristianos han sabido aceptar y aprovechar ese sufrimiento es admirable. Ellos dicen bueno, ya está, esto es lo que tenemos que vivir, Dios sabe por qué, hay que sacar algún bien de esto, porque capaz que ellos se dan cuenta que era una sociedad muy materialista, muy humana, muy superficial, y esto de la guerra nos vino a sacudir un poco, porque estábamos muy entretenidos con el mundo, ellos mismos dicen nos estábamos olvidando de las cosas importantes, y ahora uno los ve disfrutando de cada pequeña cosa, porque no les faltaba nada, eran empresarios y ahora, materialmente hablando, humanamente hablando, están en la ruina total, no tienen nada, pero sin embargo del lado espiritual han ganado muchísimo, y por eso realmente son felices, son más felices que antes en cierto sentido. Porque ellos dicen ahora nos hemos aferrado más a Dios, a la fe, a las cosas importantes, se los ve realmente preocupados por la salud de su alma. Antes estaban muy ocupados en la ropa de última moda, y el auto último modelo, todo era una cuestión muy material y superficial. Y cuando uno está así, en contacto con la muerte permanente, y uno se plantea que se puede morir hoy, entonces eso les ha cambiado la vida, en el sentido de que se preparan para lo que viene después, todos quieren ir al Cielo, entonces tenemos que trabajar y prepararnos para eso, si no nos vamos a llevar nada de acá ¿no?

MG: Es increíble. 

Hermana Guadalupe:
Sí, sí, es como lo viven. Yo veo a los jóvenes sonreír allá más que acá en Argentina. Y ojo que tenemos muchos problemas acá en Argentina también, yo no voy a negar lo que es evidente en todo sentido, entonces también el secreto es cómo voy a aprovechar esto que estoy viviendo, que por algo lo vivo, alguien está permitiendo que yo viva esto, tengo que sacar provecho realmente para mi bien, y yo creo que lo están haciendo.

MG: Es impresionante la fe y fuerza de voluntad que tienen al decir que son cristianos, sabiendo que los espera la muerte ¿no?

Hermana Guadalupe:
Sí, y además fuerza de voluntad para seguir haciendo lo que tienen que hacer, eso también es una lección porque acá muchas veces se escucha decir que los jóvenes tienen problemas para estudiar, allá siguen estudiando y se han recibido varias de nuestras estudiantes, han estudiado 4 o 5 años y se han recibido durante la guerra, estudiando debajo de los bombardeos, con una vela o con una linterna, y uno por ahí escucha que si no se tiene tal condición, o tal otra, que no tengo esto, o que me falta aquello, que por eso no puedo estudiar, y estos chicos se reciben en carreras universitarias. O lo que publicamos hace un tiempo de esa pareja de novios que se casó en una iglesia destruida, con las paredes nada más, una iglesia sin techo, y acá hemos escuchado tantas veces que las parejas no se casa porque no tienen para esto o para aquello, si quiero hacer las cosas bien las puedo hacer, aun estando en guerra, eso queda al criterio de cada uno, sin echarle la culpa a las circunstancias o al contexto que tengo que vivir, o a los medios que tengo o no tengo, si quiero hacer las cosas bien las puedo hacer bien, ser un buen cristiano. Ciertamente acá en la Argentina es difícil ser un buen cristiano, es difícil decirlo, es difícil no tener vergüenza de decirlo, porque aunque no haya persecución de ametralladoras, hay persecuciones más sutiles y no menos peligrosas para el cristiano que quiere vivir de acuerdo a sus principios morales, a su fe. Pero hay que hacerlo, hay que vivir sin miedo a nada.

MG: En estas situaciones de guerra, y según su opinión ¿se viven milagros? 

Hermana Guadalupe: Sí, milagros muchísimos. O sea, la gente a veces viene y te cuenta historias difíciles de creer. Como la del proyectil que entró por la ventana, y uno dice ¿por la ventana? Sí, entró por la ventana, se enredó en la cortina y cayó arriba de la cama envuelto en la cortina. Hay cosas que suceden que son totalmente milagrosas. La forma en que se han salvado algunos y cómo lo cuentan, con total normalidad nunca deja de sorprendernos. Como el caso del muchacho que estuvo secuestrado y encerrado en una pequeña letrina, atado con cuerdas a una silla, muy atado, y dice que le rezó mucho a la Virgen, a San Miguel Arcángel, y pudo romper las cuerdas que lo sujetaban. Para escapar, para salir, tuvo que saltar de un balcón del segundo piso, estaba atado todavía de las muñecas, y bueno se quebró, se lastimó mucho al saltar, pero se salvó. Y dijo fue un milagro que pude romper las cuerdas. Y como esa hay muchísimas historias, es impresionante escucharlo, todos los días hay milagros. Probablemente los hay entre nosotros también, lo que pasa es que no los vemos, no estamos capacitados para ver los milagros que hay a nuestro alrededor, porque estamos ocupados, entretenidos, dedicados a otras cosas. Lo importante es que estos milagros nos llenan de alegría. Las preocupaciones, que pueden ser legítimas también, no pueden ocupar el primer lugar en nuestra vida, porque si les damos el primer lugar nos olvidamos del resto, dejamos de ver el resto de los milagros que suceden alrededor nuestro.

MG: Por último quiero preguntarle ¿qué mensaje le daría a toda la gente que no conoce la situación de Siria y a la cual su testimonio podría ayudarla? 

Hermana Guadalupe:
Y acá y de otra manera, pero nadie, ninguno de nosotros escapa al sufrimiento. No hay nadie que diga, que pueda decir que no tiene nada que sufrir. Hay quien sufre al enamorarse, quien sufre males económicos, quien sufre por su propio carácter, por su propia forma de ser, se sufren enfermedades, incomprensiones, injusticias. Son tantas cosas las que se sufren. Aunque le preguntáramos a un rey, o le preguntáramos a un millonario, o le preguntáramos a alguien que vemos en la televisión que parece ser feliz, todos tenemos algo que sufrir. El secreto está en cómo lo sufro, cómo llevo eso que tengo que cargar que es una pequeña cruz, las cruces que cada uno tiene. Y si yo me la paso renegando de por qué tengo que sufrir esto, por qué me tiene que pasar esto otro, no estoy entendiendo que las cosas suceden por algo, que Dios sabe qué es lo más conveniente para cada uno y por eso lo permite en nuestras vidas, porque quiere sacar un bien mayor, porque de ese sufrimiento vamos a crecer, vamos a subir un escalón más. Pero la cuestión está en cómo lo vivo, en cómo lo acepto, cómo lo aprovecho. Porque ciertamente, el sufrimiento humano, nos lleva a crecer espiritualmente. Que es lo más importante, que en definitiva es lo único importante, porque ¿para qué estamos en este mundo? ¿Para vivir 50, 80, 100 años? Estamos para prepararnos para lo que viene después, para la eternidad. Para que un árbol crezca fuerte, grande, florido, hermoso, hay que podarlo, no hay vueltas, hay que podarlo. Si no, no va a llegar, entonces necesita poda, por eso uno sufre y hay que aceptarla,
aprovecharla, no desperdiciarla, porque realmente son cosas que nos hacen crecer. Todos tenemos algo para sufrir, todos tenemos algo para ofrecer, y eso realmente, si lo sabemos medir bien nos hace crecer. Ciertamente a nosotros como cristianos nos tiene que recordar a Cristo crucificado, y decir tengo una astillita, algo para ofrecer, algo de dolor de Jesucristo, y eso hace tanto bien, no sólo a mí sino a tantos otros que no los veo hoy, los voy a conocer en el Cielo. Cuánto bien puedo hacer a otros ofreciendo y llevando con alegría mi propio sufrimiento. No va a ser alegría sensible, no, pero de sonrisas plásticas de televisión y de Facebook ya está, eso no convence a nadie, necesitamos alegría profunda, alegría verdadera, alegría del corazón, y eso lo va a dar solamente Dios. Eso es lo que quiero dejarles a todos como mensaje.

Matías Guffanti 
24 de septiembre de 2015 
Arca Lily Mariposa 
Rosario, Santa Fe, Argentina

Fuente:delcieloalatierra.com.ar 

lunes, 24 de marzo de 2014

Carl Sagan: "Mi intuición personal es que no estamos solos"





Carl Sagan: "Mi intuición personal es que no estamos solos"

Por Héctor D'Amico | LA NACION
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Entrevista publicada originalmente el 31 de octubre de 1988

¿Bach o los Beatles? ¿Louis Armstrong o Beethoven? ¿Música china o canto de pájaros? En su brillante carrera como astrónomo y gurú de la ciencia contemporánea, Carl Sagan nunca imaginó que algún día debería formularse -y responder- preguntas de este tipo. Pero el día llegó. Fue a mediados de febrero de 1972 cuando se le ocurrió la idea de enviar al espacio el primer mensaje del planeta Tierra destinado a establecer contacto con otras formas de vida inteligente en el universo. El mensaje viajaría a bordo de la Pioneer 10, una sonda espacial que tiene las dimensiones de un Fiat 600, pero nadie sabía cuál sería su contenido. Como no había tiempo material para hacer consultas -el lanzamiento de la Pioneer estaba fijado para el 2 de marzo de ese año-, Sagan le pidió ayuda a su esposa y artista Linda Salzman y dibujó un hombre y una mujer, desnudos, en una plaqueta de aluminio y oro anodizado de 15 por 23 centímetros. Junto a las dos figuras, inspiradas en un dibujo clásico de Leonardo da Vinci, agregaron un puñado de datos elementales sobre el planeta y sus habitantes: la fórmula del átomo de hidrógeno neutro, algunos números del sistema decimal, la ubicación de la Tierra en relación con el Sol, etcétera.

Pero la música destinada a los extraterrestres no alcanzó a ser grabada a tiempo; partió hacia el espacio cinco años más tarde a bordo de la Voyager I y la Voyager II. Sagan, que como jefe del Jet Propulsion Laboratory de la NASA era uno de los directores de las dos misiones Voyager, se atribuyó una responsabilidad adicional totalmente alejada de la astronomía: la de disc-jockey. Seleccionó personalmente las voces, los sonidos y hasta algunos textos incluidos en el disco de hora y media de duración (lo bautizó Los sonidos de la Tierra), que pronto abandonará el sistema solar y continuará alejándose del planeta durante los próximos mil millones de años. Los únicos enemigos del disco son los rayos cósmicos y el impacto de finísimas partículas de polvo, pero será perfectamente audible dentro de 500.000 o 700.000 años.

La selección preparada por Sagan incluye un saludo del entonces presidente de los Estados Unidos, James Carter; canto de pájaros grabados en un zoológico de California, Bach, temas de jazz, los Beatles, saludos en sesenta idiomas, la voz del ex secretario de la ONU Kurt Waldheim, música china y, por supuesto, Mozart y Beethoven. Éstos son los sonidos que representan hoy a la raza humana en el espacio. A la hora de decidir quiénes serían los embajadores del planeta, Sagan prefirió no correr riesgo. Entre Mozart y los Beatles optó por Mozart y los Beatles.

Además de arrojar al océano cósmico botellas con música y textos, Sagan ha organizado y colabora activamente con varios programas científicos destinados a establecer un primer contacto con otras formas de vida. Sus aliados más importantes en esta búsqueda interestelar, reconoce, son los grandes radiotelescopios desarrollados especialmente para captar señales emitidas en dirección de la Tierra. El de la Universidad de Harvard, por ejemplo, es capaz de vigilar más de ocho millones de canales de radio simultáneamente. Otro de los grandes radiotelescopios son los de Arecibo, Puerto Rico, que pueden registrar señales provenientes de unas 250 estrellas, y el de una universidad de Ohio, destinado exclusivamente al proyecto SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence), es decir, búsqueda de inteligencia extraterrestre.

En este momento, el doctor Sagan es, sencillamente, el divulgador científico más conocido del mundo. Algunos colegas, como el británico Stephen Hawking o su compatriota Thomas Gold, han acumulado tanto o más prestigio y son menos polémicos en ciertos círculos académicos. Pero Sagan es, sin dudas, el más conocido por el gran público. Su serie de televisión Cosmos ha sido vista por cientos de millones de espectadores en unos cuarenta países. Ha publicado alrededor de 500 artículos en 20 idiomas y varios de sus libros (El cerebro de Broca, La conexión cósmica y Los dragones del Edén) figuraron en la lista de best sellers de varios países. Actualmente dirige el Laboratorio de Estudios Planetarios de la Universidad de Cornell y el Departamento de Astronomía de la Asociación para el Avance de las Ciencias de los Estados Unidos. Durante sus años de colaboración con la NASA fue director de los proyectos Mariner, Voyager y Viking. En 1978 ganó el Premio Pulitzer de Literatura.

Días atrás, Sagan concedió un largo reportaje telefónico a LA NACION. Éstas son sus respuestas.

-Profesor Sagan, usted tiene, entre otros, el privilegio de haber despachado la primera carta del planeta Tierra destinada a otras formas de vida inteligente. Sería interesante saber cuáles eran sus expectativas en el momento en que partió la Pioneer 10. ¿Pensó que recibiría algún tipo de respuesta mientras estaba todavía acá, en el mundo de los mortales, o, por el contrario, sabía que pasarían algunas generaciones antes de que se pudiese establecer un primer contacto?

-Cuando usted habla de algunas generaciones está pecando de apresurado. Piense, por ejemplo, que la Voyager I demorará unos 30.000 años en llegar hasta Alfa Centauro, la estrella más cercana a la Tierra. Ahora bien, como la Voyager ni siquiera vuela en dirección de Alfa Centauro tenemos que calcular que su viaje demorará en realidad mucho más. Le daré otro ejemplo: la Pioneer 10, el objeto más veloz que hemos lanzado hasta hoy, no penetrará en el sistema planetario de ninguna otra estrella hasta dentro de 10.000 millones de años. Por supuesto que no es fácil familiarizarnos con estos números o comprender cabalmente su verdadera dimensión, pero son nuestro marco de referencia obligatorio. Afortunadamente, disponemos de otros medios para enviar mensajes a través del espacio. El más eficiente, por ahora, son las sondas radiales que viajan a la velocidad de la luz, es decir, unos 300.000 kilómetros por segundo. Sin embargo, yo no hablaría de algunas generaciones porque no sabemos si, efectivamente, alguien va a respondernos ni cuándo va a hacerlo. Ahora, antes de seguir adelante, quiero volver por un segundo a su pregunta para aclarar un detalle que considero importante. Yo le agradezco que me considere un pionero de los mensajes a los extraterrestres, pero me temo que eso no es verdad.

-Bueno, es un dato que está en cualquier manual de astronomía contemporánea. Fue usted quien diseñó los mensajes de las misiones Pioneer y Voyager y, hasta donde sabemos, ésos son los primeros intentos científicos que hizo la humanidad para comunicarse con otras formas de vida.

-Los datos que usted cita son correctos, qué duda cabe, pero nuestro primer mensajero no ha sido el Pioneer sino la televisión. Sus emisiones viajan a la velocidad de la luz y hace varias décadas que esas ondas se están alejando de la Tierra. Si queremos ser rigurosos al hablar de los pioneros, debemos considerar a la televisión comercial y al radar militar en primer término. Naturalmente, la intención de un programa de televisión no es provocar respuestas de algún lugar alejado del planeta, pero, de hecho, envía mensajes que pueden ser captados en cualquier punto de nuestra galaxia y aun fuera de ella. (Nota de la Redacción: un año luz equivale a 9,5 millones de millones de kilómetros.)

-¿Cree que alguien de ahí afuera ha conseguido descifrar esos mensajes?

-Es una pregunta interesante que me hago con frecuencia. Pero por ahora no tiene respuesta. Yo escribí una novela sobre ese tema que se titula Contact. En ella especulo con que las ondas televisivas del planeta son remitidas nuevamente a nosotros desde algún lugar lejano. Pero esto, por el momento, no es más que ficción.

-Usted ha participado en los dos congresos científicos más importantes que se han celebrado hasta ahora para debatir este tema, el de Green Bank, Estados Unidos, y el de Byurakán, organizado por la Academia de Ciencias de la Unión Soviética. ¿Cuáles son las probabilidades matemáticas con las que trabajan hoy los científicos al hablar de otras formas de vida en el universo? ¿Cuáles son las probabilidades, si es que se puede formular la pregunta en estos términos, de que existan otras civilizaciones más o menos avanzadas que la nuestra?

-En la Vía Láctea, donde vivimos, hay por lo menos 100.000 millones de estrellas. Al alcance de nuestros instrumentos, observatorios y radiotelescopios hay unos 100.000 millones de galaxias. Es posible que, detrás de ellas, existan muchas otras que demoraremos algún tiempo en descubrir. En años recientes los astrónomos hemos comprobado que los planetas son compañeros frecuentes de las estrellas y, por lo tanto, debemos considerar que existe una cantidad absolutamente asombrosa de ellos. La posibilidad de que uno y solamente uno de ellos esté habitado es altamente improbable. Lo extraño no es que hayan evolucionado otras formas de vida en diferentes partes del universo: lo asombroso sería que sólo uno de los planetas, ni siquiera el más grande ni el más importante, estuviese habitado. Sabemos que la vida en nuestro planeta se desarrolló con rapidez, tan pronto la evolución geológica le dio su forma más o menos definitiva, y sabemos también que esa vida se desarrolló obedeciendo las leyes de la química y de la física. Pues bien, tenemos todo el derecho de pensar que esas mismas leyes son las que rigen todo el universo. Pero hay algo más: la existencia de cantidades de otras estrellas tanto o más viejas que la Tierra indica que un proceso similar puede estar ocurriendo en cualquiera de ellas. Finalmente, sabemos que las probabilidades de supervivencia de cualquier especie dependen de su capacidad de adaptación al medio y de su inteligencia (salvo cuando esa especie inventa las armas nucleares). La pregunta, una vez más, es por qué esa capacidad de adaptación y esa inteligencia deberían haberse dado en un sólo punto de la galaxia.

-¿Su opinión personal es que estamos solos o acompañados?

-Para opinar es necesario juzgar pruebas y argumentos, y me temo que no los tenemos.

-¿Cuál es su intuición entonces?

-Mi intuición personal -por favor, comprenda que estoy hablando solamente de intuición y comprenda que es de tipo personal- es que no estamos solos.

-La otra pregunta, además de si existen o no, es cómo comunicarse con ellos. Usted ha sugerido varias veces que la Tierra puede estar recibiendo cantidades de mensajes provenientes del espacio, pero no nos damos cuenta porque desconocemos la frecuencia y la forma de esos mensajes.

-Imaginemos que en este preciso momento, mientras conversamos, una gran cantidad de señales llegan al hemisferio sur del planeta. Como no tenemos ningún radiotelescopio funcionando en ese hemisferio, jamás podremos captar -no hablemos ya de descifrar- esos mensajes. A propósito de este tema quiero darle una noticia que entiendo es una primicia para su país: la Argentina muy pronto estará en condiciones de participar activamente en la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Me refiero a una búsqueda sistemática y sujeta a métodos científicos. Hasta ahora el programa más sofisticado aplicado en el hemisferio norte es uno que conocemos con las siglas MEPA y que auspicia la Sociedad Planetaria, de la cual soy presidente. Esta sociedad tiene su sede en la Universidad de Harvard. En este momento estamos preparando el programa MEPA 2, que se desarrollará en la Argentina. A fin de año recibiremos en Harvard a tres científicos argentinos que irán a aprender el sistema de escucha utilizado con radiotelescopios. Después de dos años de entrenamiento los científicos y el radiotelescopio con el cual harán su entrenamiento, regresarán a la Universidad de Buenos Aires para poner en marcha el MEPA 2.

-En la serie Cosmos, que ya es un clásico de la televisión pedagógica, usted hacía una observación muy conmovedora y, a la vez, poética. Decía que entre toda la materia del universo existe una relación tan estrecha que se puede afirmar que el hombre está hecho del mismo material que las estrellas. ¿Sugiere, de alguna manera, que nuestra especie y otras posibles formas de vida inteligente pueden tener el mismo origen?

-Digo que la materia de la cual estamos compuestos tiene su origen en las estrellas. Los átomos de nuestro organismo, con excepción del hidrógeno y del helio, estuvieron concentrados en el núcleo de las estrellas durante millones de años antes de alcanzar la forma de la especie humana. Yo sé que esto puede sonar muy poético a sus oídos y a los de mucha gente, pero es literalmente así. El calcio de nuestros dientes, el carbón de los genes, el nitrógeno del pelo alguna vez formaron parte de una estrella. Lo mismo que la silicona de nuestros anteojos. Esos átomos nacieron de otros átomos más simples en el corazón de estrellas que dejaron de existir hace mucho tiempo. Es absolutamente sorprendente la manera en que estamos relacionados con el resto del cosmos. Los rayos cósmicos originados en la agonía de las estrellas también son responsables de lo que somos; el origen de la vida fue estimulado por rayos ultravioletas que calentaron la superficie terrestre. La conexión entre las distintas formas de materia es misteriosa, fascinante y de una intimidad sorprendente. Los humanos estamos ligados al cosmos no de la manera en que pretenden los astrólogos sino en un sentido vital y verdadero.

-Durante el último siglo y medio la mayoría de los autores de ciencia ficción han presentado a los extraterrestres como unos auténticos villanos, de aspecto horrible, inevitable color verdoso y decididamente hostiles hacia los seres humanos. Después, gracias a gente como Clark, Asimov, Bradbury, el mismo Spielberg, la imagen de los extraterrestres mejoró notablemente. ¿Qué fantasía cree que alimenta la opinión pública respecto de los seres con los que usted intenta comunicarse?

-Realmente no lo sé. Es cierto que ha habido un cambio importante y la gente tiene una opinión más neutral de los posibles extraterrestres. Nos los imaginan como unos monstruos. Sin embargo, déjeme que les confiese una sospecha: mucha gente se sentiría muy infeliz si alguien contestara nuestros mensajes.

-¿Por qué?

-Porque seguramente será una civilización mucho más avanzada que la nuestra. Seres que pueden echar por tierra nuestra secreta esperanza de que somos los más listos del universo. Que tendrán otros conocimientos tecnológicos, otra religión, otra cultura política y que estarán en la posición de revelar cuán equivocados estamos respecto de infinidad de temas. Muchos científicos pueden quedar en el ridículo.
bio

Profesión: astrónomo y divulgador científico

    Carl Edward Sagan fue un astrónomo y divulgador estadounidense que alcanzó fama mundial a partir del estreno, en 1980, de la serie televisiva Cosmos, donde reveló los misterios del universo de una forma única. Falleció en 1996. El sitio del aterrizaje de una sonda de la NASA en Marte lleva su nombre.