miércoles, 20 de agosto de 2014

El gobierno de los Estados Unidos pretende monopolio de patentes del virus del ébola- Fabuloso negocio con el mortal virus

El gobierno de los Estados Unidos pretende monopolio de patentes del virus del ébola- Fabuloso negocio con el mortal virus



© Desconocido
Según la solicitud de patente publicada en octubre de 2012 bajo el número US20120251502 A1, el gobierno de los Estados Unidos posee una invención basada en el aislamiento y la identificación de una nueva especie de virus Ébola en humanos, el "EboBun", que fue aislado de los pacientes que sufrieron de fiebre hemorrágica en un reciente brote en Uganda"

Aunque el EboBun no es la misma variante que en la actualidad ha provocado el virulento brote epidémico en África Occidental, es evidente que el el gobierno de los EEUU necesita ampliar su cartera de patentes para incluir más cepas de Ébola y esa podría ser la razón por la que las víctimas estadounidenses del Ébola han sido trasladadas recientemente a EEUU.

A partir de la descripción de la patente sobre el virus EboBun, sabemos que el gobierno de EE.UU.:

1) Extrae el virus del Ébola de los pacientes

2) Afirma haber "inventado" ese virus

3) Pretende tener el monopolio de protección de patentes sobre el virus

El documento de patente también reivindica claramente que el gobierno de EE.UU. reclama la "propiedad" sobre todos los virus del Ébola que comparten al menos un 70% de similitud con el Ébola que él "inventó".

La patente de los inventores que trabajan para el ministerio de salud de este país, Jonathan S. Towner Stuart T. Nichol James A. Comer ,Thomas G. Ksiazek Pierre E. Rollin , también muestra específicamente la protección de patente sobre un método para propagar el virus del Ébola en células huésped, así como el tratamiento de los huéspedes infectados con vacunas.

Esto nos lleva a una pregunta obvia: ¿Por qué querría declarar el gobierno de EE.UU. el haber "inventado" el Ébola y luego reclamar un monopolio exclusivo sobre su propiedad?

Según especialistas en propiedad intelectual, esta patente ayuda a explicar por qué algunas víctimas de Ébola están siendo transportadas a los Estados Unidos y sometidas al control del Centro para el Control y la Prevensión de Enfermedades (CDC). 

Estos pacientes llevan en su cuerpo valiosos activos de propiedad intelectual en forma de variantes del Ébola y el CDC desea ampliar su cartera de patentes mediante la recolección de muestras sanguineas, para estudiarlas y potencialmente patentar nuevas cepas o variantes del virus.

Los expertos afirman también que intentar patentar el Ébola es tan extraño como tratar de patentar el cáncer o la diabetes. ¿Por qué una agencia gubernamental reclamaría haber "inventado" una enfermedad infecciosa y luego reclamar el monopolio de su explotación para uso comercial?

¿Acaso espera el CDC cobrar royalties sobre las vacunas del Ébola? ¿Está buscando "inventar" más variantes y patentar esas también? 

No casualmente las acciones de la compañía farmacéutica canadiense Tekmira subieron más de un 11% el pasado viernes cuando se empezó a presionar a la FDA para que acelerara los ensayos de vacunas contra el Ébola creadas por la compañía.

Lo que estamos viendo es un teatro médico, con un guion cuidadosamente escrito.

Un pánico global de pandemia, una patente del gobierno, importación del virus del Ébola a una ciudad importante de EE.UU., una vacuna experimental, la súbita aparición de una compañía farmacéutica poco conocida y una protesta pública contra la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU) para que acelere la creación de una vacuna.

Imaginemos cómo podría ser el segundo acto de esta obra de teatro.

Un "accidente de laboratorio" en EE.UU., el "escape" del Ébola afectando a la población y una campaña nacional de vacunación obligatoria contra el Ébola que enriquece a Tekmira y a sus inversores, colocando a la CDC, con sus patentes de virus, como "salvadores del pueblo estadounidense"...

Esta obra ya se representó con anterioridad...la última vez se llamó "gripe porcina" AH1N1

La fórmula es siempre la misma: crear alarma, sacar una vacuna al mercado, luego de asustar a los gobiernos para que adquieran por miles de millones de dólares, vacunas que no necesitan.

Tekmira, con sede en Vancouver, desarrolla un tratamiento denominado TKM-Ébola del que ha completado una primera fase de pruebas clínicas "con éxito", dijo en un comunicado y que "dada la gravedad de la situación, estamos evaluando cuidadosamente la opciones" de uso de su medicamento experimental.

"Esto incluye discusiones con agencias gubernamentales y ONG, incluida la OMS, en varios países sobre el uso potencial de TKM-Ébola para tratar individuos infectados con el virus del ébola".

"No puede haber garantías de que se encuentre un marco adecuado para el uso de este producto. Seguiremos proporcionando información a medida que sea necesario cuando los caminos clínicos y normativos sean confirmados", añadió la empresa.

El presidente de Tekmira, el doctor Mark Murray, añadió que "seguimos controlando estrechamente el trágico brote infeccioso de ébola. El actual brote subraya la crítica necesidad de un agente terapéutico efectivo para tratar el virus del ébola".

Las pruebas clínicas de TKM-Ébola fueron realizadas en "voluntarios humanos sanos".

Tekmira informó que "en julio, recibimos nota de la suspensión del ensayos de nuestro programa TKM-Ébola por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA)".

Posteriormente FDA modificó la notificación a "suspensión parcial de ensayos, lo que permite "el uso potencial de TKM-Ebola en individuos con una infección de ébola confirmada o sospechada".

"La compañía sigue en suspensión de ensayos de TKM-Ébola con respecto a la porción de dosis múltiple ascendente de la Fase 1 de estudio clínica en voluntarios sanos" añadió Tekmira.

Crímenes de Israel contra Palestina

Crímenes de Israel contra Palestina


Michael Ratne/Traducido por Jorge Anaya
LaJornada
sab, 16 ago 2014 07:10 CDT

Hace más de un mes que Israel lanzó la fase más reciente de su guerra contra Hamas en Gaza, el 8 de julio. Más de mil 400 palestinos han perecido desde entonces, y miles han resultado heridos. Muchos de los muertos son civiles (según el Centro Palestino de Derechos Humanos, las bajas civiles representan 85 por ciento de todas las muertes de palestinos) y un número asombroso de ellos (casi 25 por ciento) son niños cuyas vidas fueron cortadas de tajo, muchos en lugares donde debieron haber encontrado refugio seguro.
Israel
Cada día, según parece, surge un nuevo informe de bombardeos y ataques con misiles por Israel, desde hospitales destruidos hasta escuelas usadas como albergues protegidos por la ONU y hogares. Mucha tinta se ha derramado discutiendo quién va ganando en la guerra de propaganda en el conflicto, pero las acciones israelíes se salen mucho de cauce. Si fuéramos a llamarlas como lo que en verdad son, las palabras crímenes de lesa humanidad, apartheid y genocidio figurarían en cada historia escrita, no sólo en las semanas anteriores, sino desde la fundación de Israel.

La campaña actual israelí contra Gaza es una obvia violación de las leyes de guerra que prohíben todo ataque a civiles, así como cualquiera en el que las bajas civiles sean mayores que las supuestas ganancias militares. Por eso Navi Pillay, comisionada de la ONU para derechos humanos, al referirse a este asunto ante el Consejo de Derechos Humanos, señaló que había una alta posibilidad de que Israel estuviese cometiendo crímenes de guerra. Pillay también criticó el lanzamiento indiscriminado de cohetes y morteros por Hamas, pero tres muertes de civiles israelíes (y 56 de militares) no se pueden comparar con la escala de la matanza y destrucción en Gaza.

Pero lo que ocurre en Gaza hoy no es una aberración. El ataque contra los palestinos debe verse a través de las acciones israelíes en los 70 años pasados, no sólo los crímenes de guerra, sino también los crímenes contra principios elementales que gobiernan nuestro mundo y la sociedad global.

Los crímenes de lesa humanidad se definen como ataques definidos y extensos o sistemáticos contra cualquier población civil. A partir de la década de 1940, Israel ha empleado sistemáticamente el asesinato, las reubicaciones forzadas y la tortura para subyugar a los palestinos y adueñarse de tierras en lo que ha llegado a ser Israel, así como en los territorios ocupados. En 1947-48, hasta 700 mil palestinos fueron forzados a dejar sus poblados, y cientos de aldeas fueron destruidas.

El apartheid se define como actos inhumanos cometidos para mantener el dominio de un grupo racial sobre otro. Entre estos actos se incluyen homicidio, lesión corporal, lesión mental, despojo de la libertad o de la dignidad de una población, o medidas orientadas a evitar la paticipación en la vida política, social o económica del país. Cualquiera con un conocimiento básico de la historia del trato dado por Israel a los palestinos sabe que esa definición se ajusta de modo notable a esta situación, tanto en el pasado como en el presente.

El genocidio es un crimen que muchos tienen miedo de mencionar al describir las acciones de Israel contra palestinos, pero el registro histórico y el actual hacen apropiado el término. Son dos partes del genocidio: el intento de dar muerte a todo o parte de un grupo especifico nacional, étnico, racial o religioso, y el hecho de consumar el intento. Se ha alegado que Israel y sus líderes no tienen la intención de destruir parte del pueblo palestino, pero el historial demuestra lo contrario. Desde los miles de asesinados durante las expulsiones de 1947-48 hasta las matanzas en campos de refugiados como Jenin y Sabra y Chatila, hasta los miles de caídos en el mes pasado, los líderes israelíes han mostrado una alarmante disposición a matar grandes proporciones de pobladores palestinos.

Mirando esas definiciones, es obvio que lo que Israel hace actualmente en Gaza - y lo que ha hecho desde la década de 1940 en todo el territorio - constituye crímenes de guerra y apartheid, y da por resultado un genocidio, crímenes apoyados y alentados por Estados Unidos.

Cada vez resulta más terriblemente claro que no hay escapatoria para la gente de Gaza, ni nadie en la comunidad internacional llama a cuentas a Israel. Los 1.8 millones de palestinos que pueblan la granja de Gaza ocupan una gigantesca prisión al aire libre, privados de muchas cosas necesarias en la vida, restringidos en sus movimientos, y ahora enfrentando muerte y mutilaciones como resultado del asalto israelí: un genocidio en aumento, según el renombrado escritor israelí Ilan Pappé.

¿Y todo para qué? La afirmación israelí de que responde a fuego de cohetes y a la necesidad de destruir túneles ocultos puede ser una excusa aceptada por quienes apoyan a Israel, tenga razón o no. Esas excusas para las matanzas se han hecho desde 1947. No llegan a la causa de la resistencia palestina, una resistencia que combate una ocupación que no se puede romper por métodos militares.

El hecho es que los ataques de Israel a Hamas no funcionan. Llevan décadas sin funcionar, pese a todos los intentos israelíes y a la constante ceguera de la comunidad internacional sobre la situación. Debemos detener este asalto. Debemos hacer que Israel y sus líderes comparezcan ante tribunales en el mundo. Y debemos poner fin a la ocupación y liberar a Palestina.
Michael Ratner es presidente emérito del Centro para los Derechos Constitucionales y actualmente es abogado de Julian Assange y Wikileaks.

Publicado inicialmente en Alternet.