Rusia está reforzando activamente su presencia militar permanente en el Ártico. Algunos expertos rusos lo explican con dos razones: la seguridad y los intereses nacionales.
Moscú anunció el lunes la reapertura de la base militar situada en Novosibirskie Ostrová, un archipiélago en el océano Glacial Ártico. Asimismo, varios barcos de la Flota del Norte rusa, entre ellos el crucero de misiles de propulsión nuclear Piotr Veliki, alcanzaron el pasado 12 de septiembre las citadas islas, conducidos por cuatro rompehielos atómicos.
Según un análisis del columnista del portal Odnako Alexánder Gorbenko, la necesidad de intensificar la presencia militar de las fuerzas rusas en la zona se debe en primer lugar a razones de seguridad estratégica, dado que el norte de Rusia está escasamente protegido de posibles ataques, tanto por aire como por mar.
Gorbenko señala que las autoridades rusas son conscientes de la necesidad de cambios, especialmente teniendo en cuenta el aumento de la presencia de fuerzas militares extranjeras en la región. En particular, explica el columnista, EE.UU. está ampliando y modernizando sus bases militares del Ártico, mientras que la Marina del país aprende a operar no solo bajo el agua, sino también en la superficie, algo que es posible gracias al derretimiento significativo del hielo ártico y al aumento del periodo anual de navegación.
El pasado 26 de julio, EE.UU. creó el Grupo de Investigación de la Región del Ártico, que opera en la Escuela Militar Naval de Newport, cuya misión es ayudar a la Armada en la preparación de acciones operativas y estratégicas en la zona. El primer director del grupo, el profesor Walter Berbrik, expuso así sus objetivos: "Varios informes indican que el Ártico quedará completamente abierto a la navegación en 2023. Esto impone nuevas exigencias a las fuerzas navales de EE.UU., que deben mantener su presencia y el nivel apropiado de preparación para el combate en las duras condiciones del Ártico".
En segundo lugar, Rusia quiere defender sus intereses nacionales. La ruta marítima del norte, que une el Atlántico y el Pacífico a lo largo de las costas de Rusia y está considerada una alternativa al canal de Suez, se está explotando cada vez más, lo que la convertirá en un futuro próximo en uno de los corredores comerciales más importantes del mundo, escribe Gorbenko.
Rusia está interesada en esta ruta también porque permitirá explotar la plataforma continental y los depósitos minerales del Ártico, ya que actualmente este trabajo choca con las complejidades técnicas para la exploración y extracción y la dificultad de transportar los recursos naturales extraídos.
El cambio climático que se ha producido en los últimos 20 años ha abierto nuevas oportunidades económicas tanto para EE.UU. como para Rusia. Sin embargo, sin el apoyo de la fuerza militar no es posible obtener los beneficios económicos ambicionados, concluye Gorbenko.
Visto en : RT Noticias