Hemeroteca, diciembre 2012.
Al parecer, un pozo petrolífero israelí contiene reservas mucho más grandes que las que se estimaron inicialmente. La compañía petrolera Givat Olam ha incrementado sus estimaciones hasta los 3.530 millones de barriles de petróleo y ya ha vendido crudo por valor de 40 millones de dólares.
Aunque Israel parece tener un futuro brillante como productor de petróleo, hay un problema: el pozo Meged 5 está localizado en la misma Línea Verde, la frontera internacionalmente reconocida entre Israel y Palestina. Situado algunas decenas de metros en el interior del territorio palestino de Cisjordania, según el derecho internacional y los Acuerdos de Oslo, el pozo pertenece a Palestina.
En respuesta a este problema, Israel ha reajustado el trazado del muro de separación para que Meged 5 quede en el lado israelí. Aunque el pozo está ahora de facto bajo el control israelí, la mayor parte de las reservas están localizadas en territorio palestino.
Israel mantiene la economía palestina bajo un control absoluto,según un reciente informe del Banco Mundial, y ha impedido que los palestinos accedan a los principales recursos naturales.
El informe sostiene que si los territorios del Área C fueran devueltos a los palestinos, la Autoridad Palestina podría generar 3.400 millones de dólares adicionales, incrementando su PIB en una tercera parte y librándose de la dependencia de la ayuda internacional. Es importante señalar que estas estimaciones no toman en cuenta los hipotéticos ingresos derivados del pozo petrolífero, que podrían lograr la independencia financiera de Palestina.
Ashraf Jatib, uno de los negociadores de la Autoridad Palestina (AP), dijo: “La AP tiene un déficit de 2.000 millones de dólares y necesita desesperadamente invertir en grandes proyectos que exploten nuestros recursos naturales. Esa es la única forma de terminar con la dependencia de la AP de la ayuda internacional”.
“Nuestro problema es que la ocupación no solo consiste en asentamientos y confiscaciones de tierras. Además, Israel se está beneficiando enormemente de la explotación de nuestros recursos. Hay mucho dinero en ellos para Israel, lo cual explica por qué la ocupación está siendo tan prolongada”, añadió.
Este no es el primer caso en el que la búsqueda israelí de petróleo ha llevado a disputas con sus vecinos. En 2010, Líbano presentó una denuncia en la ONU en la que afirmaba que Israel había violado su espacio marítimo para buscar petróleo. El mes pasado, Israel rechazó una oferta de EEUU para resolver la disputa sobre la frontera marítima entre Israel y Líbano.
En 2000, se descubrió petróleo frente a la costa de la Franja de Gaza. Pero Israel ha bloqueado los esfuerzos para extraer dicho petróleo, con la excusa de que los beneficios que se obtendrían solo servirían para financiar el terrorismo. En clara violación de los Acuerdos de Oslo, Israel redujo las aguas territoriales de Gaza desde las 20 millas náuticas a tan solo tres.
Al impedir que los palestinos accedan a su propio petróleo, Israel busca conseguir dos objetivos: por un lado, explotar una futura gran riqueza en su beneficio y, por otro lado, mantener a los palestinos dependientes de Israel para abastecer sus necesidades energéticas, frenando los movimientos potenciales en favor de un estado palestino independiente.
Traducción: Javier Villate