miércoles, 11 de junio de 2014

CHINA PROTEGE SU ENORME EJÉRCITO DE LOS PRODUCTOS TRANSGÉNICOS


Originalmente publicado en EL ROBOT PESCADOR:
no_gmo
Aumenta el sentimiento contra Monsanto y los productos genéticamente modificados en todo el mundo y China parece ser un jugador principal en esta partida.
Una buena muestra de ello es lo que leímos en la websustainablepulse.com, este pasado 14 de mayo 2014, en un artículo titulado: “El ejército chino prohibe todos los productos transgénicos”:
“El ejército chino ha ordenado a todas los centros de abastecimiento militar que solo adquieran grano, aceite y alimentos que no estén genéticamente modificados, debido a las preocupaciones para la salud que ofrecen este tipo de productos.
Ver original 421 palabras más

Asambleístas dijeron que UPM arrojó nuevamente miles de kilos de dióxido de azufre

Gustavo Rivollier y Oscar Bargas, integrantes de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú, denunciaron los problemas que tuvo la planta de UPM (ex Botnia) en los últimos días de febrero y que provocó el volcado al aire de gran cantidad de dióxido de azufre, parte del mismo arrojado a la ciudad días pasados.



Rivollier dijo que "a partir del 27 de febrero empezó estar fuera de línea aunque días previos ya había inconvenientes.Cuando se alcanzó a medir en Gualeguaychú a través del aire el día 28 estaba en el doble, no sé en intensidad pero sí en períodos de tiempo sumamente extensos", explicó. En base a lo que dicen los técnicos, "estuvo emitiendo desde las 0 del 26 hasta el fin de la mañana del 28 que fue el incidente más importante que se vivió y se sintió en Gualeguaychú; el cálculo que hace es que tiraron 3059 kilogramos de dióxido de azufre donde está el material particulado, el sulfhídrico y otros elementos, todo mezclado".
Bargas dijo que "todo eso cae sobre los seres vivos que están alrededor de la planta. Nosotros los humanos, los animales y las pasturas que después comen las vacas, abejas, etc. Todo el ciclo biológico está siendo víctima de esta polución por lo que es un disparate que durante tantos días haya estado descontrolada. Es decir, lo que nosotros percibimos fue el olor pero hay otro montón de cosas que cuando sopla el viento de aquel lado el micro particulado se alojan en nuestras vías respiratorias".
"Cómo el primer mundo nos quiere vender que trajeron la mejor planta y resulta que se va a la banquina a cada rato. El micro particulado tiene severísimas multas en Finlandia, sin embargo hacen oído sordo a lo que sucede en nuestro río Uruguay", indicó.

Planta de celulosa UPM-Botnia en Gualeguaychú
Los asambleístas indicaron que "dichas sustancias se aloja en la vista, piel y cuero cabelludo. Son como la milésima parte de una cabeza de un alfiler". Bargas sostuvo a LT 41 que "atrás del olor vino todo eso. Estamos hablando de casi 10 mil kilos que nos tiraron sobre Gualeguaychú, esto surge de los números que da la estación que está ahí a tiempo real, algo público en Uruguay".

A la Asamblea se le plantea el desafío de conseguir la información. Frente a esto, coincidieron en que Botnia "pesa mucho en el Uruguay, la empresa es un gobierno dentro del gobierno y que tiene un peso predominante. Es el poder real y económico".
Rivollier sostuvo que el lenguaje de ellos "es el dinero y no importa cómo se hace. Esta complicidad es porque para Uruguay es una razón política que esta planta esté instalada ahí. Cómo puede ser que la garrafa de gas pague el IVA y Botnia no pague ninguna moneda con el semejante dinero que mueve"


Extraordinaria explosión del Volcán Popocatépetl 11 de junio 2014 6:36am

Redes sociales en España, escenario de detenciones arbitrarias


La vicepresidenta de España, Soraya Sáenz de Santamaría, advirtió a finales de mayo que el anonimato en redes sociales no conlleva carta blanca sobre comportamientos que en la vida real no son tolerables. Desde entonces, diversas organizaciones ibéricas denuncian detenciones arbitrarias con fines políticos en una estrategia de represión encubierta.

Se registran dos erupciones en el Sol capaces de afectar las comunicaciones en la Tierra


Este martes se han registrado en el Sol dos grandes erupciones consecutivas con capacidad de afectar las comunicaciones en la Tierra.
La primera llamarada fue de la clase X2.2, mientras que la segunda se produjo inmediatamente después, con una intensidad X1.5, informó la NASA.
“Las llamaradas solares son explosiones de gran alcance de radiación”, explicaron expertos de la agencia espacial estadounidense, quienes alertaron también de que “las radiaciones nocivas de una llamarada no pueden pasar a través de la atmósfera de la Tierra para afectar físicamente a los seres humanos sobre el terreno. Pero cuando son lo suficientemente intensas, pueden perturbar el ambiente de la capa donde viajan las señales de GPS y las comunicaciones”.
Investigadores del Centro de Predicción del Clima Espacial de la NASA señalaron que no es probable que se produzca una eyección de masa coronal, una explosión de plasma emitida por el Sol, asociada con el primer brote, pero van a seguir analizando los datos recogidos durante el evento.
Con estas dos llamaradas, se eleva a siete en lo que va del 2014 el número total de estos sucesos de magnitud X, los mayores que se pueden registrar. La llamarada de mayor envergadura se produjo en febrero, alcanzando una intensidad de X4.9.

Una joven a Rajoy: “Has empobrecido España, ¿cómo puedes dormir por las noches?”


Nuria Ubreva, una joven española de 23 años, auxiliar de enfermería quien actualmente trabaja en Alemania, se ha convertido en los últimos días en una estrella de Internet. Invitó a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España, a emigrar.
“Os sentís orgullosos en las asambleas de la Unión Europea de los recortes que habéis hecho, de bajar los sueldos, subir el IVA. Es decir, te sientes orgulloso de empobrecer a España, al país que estás gobernando, te sientes orgulloso de empobrecer a los españoles. Pero, tú ¿cómo puedes dormir por las noches? No lo entiendo”, dice Ubreva en un mensaje a Rajoy de 3:25 minutos de duración que grabó con la cámara de su teléfono móvil.
Hablando en nombre “de todos los españoles que hemos tenido que emigrar”, la joven acentúa que trabajar en el extranjero no ha sido su voluntad, usando a veces un lenguaje bastante duro. “He venido gracias a que en sus recortes, en la sanidad, no me ha quedado más remedio que irme de España, yo y muchísimos enfermeros, compañeros míos, españoles todos, que nos hemos tenido que ir gracias a tus queridísimos recortes (…). Nos vamos porque su gobierno es una mierda, pero con mayúsculas. (…) Gracias a usted, los que estamos aquí pasamos las navidades solos, los cumpleaños solos, cuando estamos enfermos, estamos solos”, explica.
La propuesta que Ubreva hace al presidente del Gobierno español es que emigre él mismo. “¿Por qué nosotros estamos aquí y tú estás en España? No lo entiendo. (…) ¿Por qué no se viene usted a Alemania o Inglaterra o Francia, adonde usted quiera en la Unión Europea, y nosotros nos volvemos a España?, que sí que nos merecemos un puesto de trabajo y tú el tuyo no te lo mereces”, concluye la joven.
Explicando al portal ‘eldiario.es‘ los motivos que la han llevado a grabar el mensaje, Ubreva argumentó: “Me levanté un día y me di cuenta de todo lo que me estaba perdiendo, de lo que me quedaba por perderme, y estaba enfadada, muy enfadada, mientras ellos se matan por ver quién roba más y echarse las culpas unos a otros”. Según el número de internautas que decidieron compartir su video en las redes sociales y comentarlo, hay mucha gente que tiene la misma opinión.

De la comida basura a los alimentos ‘milagro’


Vivimos obsesionados por comer bien y nunca antes habíamos comido tan mal. Los estantes de los supermercados están repletos de patatas fritas, bebidas azucaradas, chocolates, congelados, conservas, bollería. Nos venden una gran variedad de comida desnaturalizada, procesada, con un “max mix” de aditivos varios, que tiene un impacto negativo en nuestra salud. Sin embargo, los mismos que con una mano comercializan dichos productos con la otra nos ofrecen alimentos funcionales, “milagrosos”, para combatir precisamente los efectos perniciosos de este tipo de alimentación “moderna”. El negocio está servido.
Enfermos y gordos
La “dieta occidental”, como señala el periodista Michael Pollan en su bestseller ‘El detective en el supermercado’, es responsable de muchas de nuestras enfermedades. “Cuatro de las diez primeras causas de mortalidad hoy día son enfermedades crónicas cuya conexión con la dieta está comprobada: cardiopatía coronaria, diabetes, infarto y cáncer”, afirma. Una “dieta occidental”, con muchos alimentos procesados, mucha carne, mucha grasa y mucho azúcar añadido, que nos enferma y engorda. A principios del siglo XX, como señala Pollan, un grupo de médicos observó que donde la gente abandonaba su forma tradicional de comer y adoptaba la “dieta occidental”, pronto aparecían enfermedades como la obesidad, la diabetes, los problemas cardiovasculares y el cáncer, que se bautizaron como “enfermedades occidentales”.
El relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación Olivier de Schutter coincide en el diagnóstico: “Las dietas poco saludables son un riesgo mayor para la salud mundial que el tabaco”. Y añade: “Los Gobiernos han puesto el foco en aumentar la cantidad de calorías disponibles, pero muy a menudo han sido indiferentes acerca de qué tipo de calorías ofrecen, a qué precio, para quién son accesibles y cómo se comercializan”. No en vano, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es responsable, en todo el mundo, de 3,4 millones de muertes al año.
Estados Unidos es el máximo exponente de esta deriva: un 75% de los estadounidenses tiene sobrepeso o son obesos, un 25% padece síndrome metabólico, con mayores probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares o diabetes, y entre un 4% y un 8% de la población adulta tiene diabetes tipo 2, según recoge la obra ‘El detective en el supermercado’. Los datos de la OMS ratifican esta tendencia a escala global: desde 1980, la obesidad se ha más que doblado en todo el mundo. Actualmente, 1.400 millones de adultos tienen sobrepeso, y de estos 500 millones son obesos.
En el Estado español, la tasa de obesidad infantil no ha hecho sino aumentar en los últimos años convirtiéndose en una de las más altas en Europa. Según el programa Perseo, del Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, se calcula que la obesidad afecta al 20% de los niños y al 15% de las niñas entre 6 y 10 años. En lo que se refiere a la población en general, las cifras son, también, muy elevadas. El estudio Enrica, promovido por el Gobierno, señala que el 62% de la población tiene exceso de peso, y de ésta el 39% padece sobrepeso y el 23% obesidad.
Una situación que no ha hecho sino agudizarse con la crisis. Cada vez más personas con menos ingresos son empujadas a comprar productos baratos y menos nutritivos. El libro blanco de la nutrición en España así lo afirma: “En la actual situación de crisis económica las conductas de los consumidores también se han visto afectadas. Seleccionan opciones más económicas tanto a la hora de decidir el lugar dónde comprar alimentos y bebidas, como el tipo, calidad y cantidad de productos”. Con la crisis, la dieta de quienes menos tienen se deteriora rápidamente. Se compra poco y barato y se come mal. Uno de los productos que más ha aumentado su consumo, por ejemplo, son los dulces envasados (galletas, chocolates, sucedáneos, bollería y pastelería), con un incremento del 3,8% entre 2012 y 2013, según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Los gordos, paradójicamente, en general, son los que menos tienen, y, en consecuencia, peor comen. Mirando el mapa de la península queda claro: las comunidades autónomas con mayores índices de pobreza, como Andalucía, Canarias y Extremadura, concentran las cifras más elevadas de población con exceso de peso. La posición de clase determina, en buena medida, qué comemos. Y la crisis no hace sino acentuar la diferencia entre comida para ricos y comida para pobres.
Doctor Jekyll y Mister Hyde
Sin embargo, los mismos que promueven una comida basura, de muy baja calidad, con un impacto negativo en nuestra salud, son quienes nos venden “alimentos milagro” para adelgazar, controlar el colesterol, reducir el estreñimiento, fortalecer el sistema inmunitario, mantener la densidad ósea. Al más puro estilo Doctor Jekyll y Mister Hyde es como actúan las grandes empresas de la industria alimentaria.
Panrico afirma vender pan, con “una miga como la del pan de siempre”. Mis abuelos, creo, no opinarían lo mismo. Más allá de los cuestionables ingredientes y resultado de su pan, ofrece, también, Donuts Original, Donuts Bombón, Donettes, Donettes Rayados, Donettes Nevados, Bollycao Cacaco, Dip Dip, Palmera de Choco, la lista continúa. Pero como toda buena industria de la comida, si nos “pasamos” con tanta bollería, Panrico nos ayuda a combatir esos kilitos de más con su Panrico Línea, “para quien le gusta cuidarse sin renunciar a su delicioso sabor”, como lo define la empresa, o Panrico Integral, con alto contenido en fibras. Panrico tiene pan pá todo.
Nutrexpa, por su parte, nos vende Cola Cao Original, que de padres y madres a hijas e hijos y nietos y nietas, nos repite, es “el desayuno y merienda ideal”. Nutrexpa, siempre pensando en los más pequeños, vende también Nocilla, muy “natural” con “leche, caco, avellanas y azúcar”, ¿recuerdan?, y Phoskitos, con adhesivos y artefactos varios, que ahora saca nueva línea, el tiempo pasa pero el Phoskito no, con Mini Phoskitos Hello Kitty y Phoskitos Bob Esponja. Su gama de productos no acaba aquí, e incluye galletas Cuétara, Chiquilín, Artiach, Filipinos. Aunque con tanto sobrepeso y obesidad infantil, su línea de galletas Fibra Línea o 0% azucares, así como el Cola Cao Cero o, aún mejor, el Cola Cao Cero con Fibra están aquí para echarnos una mano.
Danone es el rey. Vende un gran abanico de yogures de fresa, coco, plátano, macedonia, piña, limón. Aunque lo único que tienen parecido a la fruta es el sabor y el color. En su gama de postres destacan, desde siempre, las natillas de vainilla y chocolate, que nos acompañaron de pequeños, y, más recientemente, las de oreo y choco blanko, para las nuevas generaciones. No sea que con el paso del tiempo se pierdan las costumbres… y se abandone la marca. Sorprendentemente, estos productos se clasifican en su web al margen de los que la empresa incluye en el apartado de “buenos hábitos”. ¿Será que no lo son? ¿Al webmaster le habrá traicionado el subconsciente? Es en esta sección de productos donde Danone despliega toda su, teórica, preocupación por nuestro bienestar y ofrece desde yogures Activia, “la forma más deliciosa -como dicen- de ayudar a tu salud digestiva”, pasando por los Actimel y “su exclusivo L-Casei, que incorpora las vitaminas B6 y D” hasta el Danacol Sin Lactosa que favorece, afirman, “una dieta sana y equilibrada que ayudará a reducir el colesterol”. ¿Qué más podemos pedir?
Modus operandi
Su modus operandi no falla. Primero, la publicidad. Tanto para vendernos lo uno como lo otro. Aunque entre un Danone Fresa y un Danacol no haya tantas diferencias más allá del marketing nutricional. La inversión publicitaria no escatima recursos económicos. En 2005, por ejemplo, la industria alimentaria de Estados Unidos gastó más de 50 mil millones de dólares en publicidad, más que ninguna otra industria del país. Coca-Cola, en concreto, desembolsó 2.200 millones de dólares, un total muy superior al conjunto del presupuesto de la Organización Mundial de la Salud, como recoge el libro ‘Un planeta de gordos y hambrientos’ de Luis de Sebastián. Los pequeños a menudo son su público objetivo principal. Como afirmaba Tim Lobstein director de The Food Commission en un debate en la BBC inglesa: “Vivimos en un entorno que ha sido bautizado como ‘obesogénico’, lleno de estímulos que nos animan a comer, a hacer menos ejercicio y sobre todo a consumir. Se trata de un entorno gestionado comercialmente”.
Segundo, la culpabilización. Somos culpables por comer mal, engordar, enfermar. Si engordas, dicen, es que no tienes fuerza de voluntad. Tienes que sacrificarte, afirman. Nos venden el paradigma de la perfecta mujer y del perfecto hombre, como si fuera tan fácil caber en un talla 38. En definitiva, la culpa es nuestra. Mientras, esconden las causas estructurales de tanta gordura y enfermedad. Aún recuerdo a mi antiguo jefe como, a veces, para desayunar pedía en el bar un chucho de crema, “rebozado” con azúcar blanco, y un café con leche eso sí con sacarina. Nos hartamos de comer mal, para luego sacrificarnos y comer, supuestamente, bien. Todo un negocio, el de culpabilizar a nuestro estómago.
Tercero, el producto “milagro” y el experto. Los mismos que nos venden comida de mala calidad nos dan lecciones de nutrición y nos ofrecen alimentos funcionales, que contienen componentes que -dicen- benefician la salud: leches enriquecidas con ácidos grasos omega-3, ácido fólico, fósforo y cinc; yogures con calcio, vitaminas A y D; cereales fortificados con fibra y minerales; zumos con vitaminas. Aunque tanto producto de qué serviría sin un “buen” experto u organización “especializada” que lo avalara. La Fundación Española del Corazón es una habitual en prestar su imagen para respaldar dichos productos, lo que le ha valido importantes críticas por parte de la comunidad científica. Entre sus “apadrinados” se encuentra la margarina Flora Original con Omega-3 y 6 de Unilever, elDanacol, leche fermentada con esteroles vegetales añadidos, de Danone, el suplemento MegaRedcon Omega-3, el Agua de Firgas con bajo contenido en sodio y alta concentración de calcio y magnesio. Pero, ¿cuánto dinero habrá recibido la Fundación Española del Corazón por sus servicios? Eso, no se sabe. En todo caso, si es una empresa de la industria alimentaria coloque un “experto” en su vida, parece que ganará credibilidad, sea cierto o no lo que cuente, y aumentará las ventas.
¿Cómo alimentarnos bien?
Visto lo visto, ¿qué podemos hacer para comer bien? Como decía Michael Pollan se trata de “comer comida”, lo que no es tan sencillo como parece. “Antes lo único que se podía comer era comida, hoy encontramos en el supermercado miles de otras sustancias comestibles parecidas a la comida” afirma en su libro ‘El detective en el supermercado’. Y añade: “Si le preocupa la salud, quizá debería evitar los productos de los que se hacen afirmaciones de propiedades saludables. ¿Por qué? Porque este tipo de afirmaciones sobre un producto alimenticio hacen suponer que no se trata realmente de comida”. Un sinsentido: se desnaturalizan los alimentos, para luego vendernos otros artificialmente naturales, que nos dicen son mejores.
La industria alimentaria y su publicidad han estigmatizado la comida de siempre. Nos han hecho creer que tomar fruta, verdura, legumbres y cereales era cosa de pobres. ¿Qué sentido tiene exprimir unas naranjas? Si podemos tomar un Bifrutas Mediterráneo Pascual, no solo con naranja sino, también, con melocotón y zanahoria y leche y con 0% de materia grasa y vitaminas A, C, E. ¿Por qué perder el tiempo en pelar patatas, zanahorias y cebolla para una crema cuando puedo comprar un Sopinstant de verduras Gallina Blanca ya preparado y, como dicen, “bajo en grasa, con menos sal y sin conservantes”? Parece que la comida de siempre ya no tienen “glamour”.
Sin embargo, en los últimos tiempos, las cosas han empezado a cambiar. Cada vez son más las personas que se preguntan qué comemos, de dónde viene lo que ingerimos, cómo se ha elaborado. La multiplicación de escándalos alimentarios y el auge de algunas enfermedades han encendido las luces de alarma. El consumo de productos ecológicos, campesinos, locales, de temporada aumenta, aunque representa tan solo un porcentaje pequeño del consumo global. Comer bien implica avanzar en esta dirección, reapropiarnos de aquello que comemos, exigir que la producción de alimentos responda a las necesidades de las personas, tenga en cuenta al campesinado y a la Tierra, y no se supedite a los intereses económicos de la industria de la comida.
Comer bien implica comer natural. Y aunque algunos digan que los alimentos naturales son un timo, lo que sí es un timo es cuando la industria, a través de tanto alimento funcional y “milagroso”, nos quiere vender gato por liebre. Como dice Michael Pollan, “no coma nada que su bisabuela no reconocería como comida”.
Esther Vivas  /  Público.es