domingo, 20 de abril de 2014

Evangelio secreto de Marcos

El evangelio secreto de Marcos es un evangelio apócrifo perdido del que se citan dos breves fragmentos en una carta atribuida aClemente de Alejandría que fue descubierta en 1958, y sobre cuya autenticidad existen serias dudas.
Según afirma el autor de la carta, durante el siglo II circularon al menos dos versiones diferentes del evangelio de Marcos en la ciudad de Alejandría. Una de ellas, redactada primero, correspondería al actual evangelio canónico de Marcos; la siguiente, escrita después y dirigida a un grupo de iniciados, sería el evangelio secreto de Marcos, al que corresponden los fragmentos citados en la carta.
No existe ninguna otra referencia a un evangelio secreto de Marcos en la literatura cristiana conocida. Se sabe, sin embargo, que existió un evangelio de Mateo alternativo, que IreneoJerónimo y otros autores denominan Evangelio de los Hebreos. Por otra parte, los manuscritos que se conocen del evangelio de Marcos no son exactamente iguales entre sí, por lo que la idea de que un mismo evangelio circulase en varias versiones diferentes no es en absoluto extraña.
Se han puesto en cuestión tanto la autenticidad de la carta como la existencia del evangelio secreto. Por una parte, este evangelio resulta enormemente polémico, ya que contiene posibles implicaciones sobre la sexualidad de Jesús que muchos cristianos pueden encontrar gravemente ofensivas. Por otro lado, las anómalas circunstancias en que la carta fue descubierta hacen sospechar que pudiera tratarse de una falsificación.

Contenido

Descubrimiento y desaparición

En 1958, Morton Smith, profesor de historia antigua en la Universidad de Columbia, descubrió en la biblioteca del antiguo monasterio ortodoxo de Mar Saba, a unos 20 kilómetros de Jerusalén, una carta copiada a mano en las páginas en blanco de un libro impreso en el siglo XVII. La carta estaba escrita en griego, con una caligrafía característica del siglo XVIII. El autor se identificaba al comienzo del texto como “Clemente, autor del Stromata“, es decir, el conocido teólogo y moralista cristiano Clemente de Alejandría, que vivió hacia el año 200.
Smith fotografió las tres páginas del libro que contenían la carta. Más adelante, al traducirla, hizo algunos descubrimientos sorprendentes. La carta estaba dirigida a un tal Teodoro, personaje completamente desconocido, y en ella Clemente respondía a una serie de preguntas sobre una secta del cristianismo primitivo de la que sí hay noticias, los carpocracianos, así llamados por el nombre de su fundador, Carpócrates. En este contexto se encontraban las referencias al evangelio secreto de Marcos, utilizado por los carpocracianos, del que la carta citaba dos breves fragmentos.
Tras su descubrimiento por Smith, el libro que contenía la carta fue archivado por los monjes de Mar Saba. Sin embargo, ningún otro especialista ha logrado examinar la supuesta carta de Clemente de Alejandría. Más recientemente han salido a la luz nuevas fotografías del texto, tomadas por el antiguo bibliotecario del monasterio. También está documentado su traslado a otra biblioteca griega ortodoxa.

La cuestión de la autenticidad

Debido tanto a la naturaleza polémica de los contenidos de la carta y la implicación de la existencia de un evangelio secreto como al hecho de que el original no puede ya ser examinado -ni datado- por los estudiosos, la autenticidad del descubrimiento de Smith es objeto todavía de un encendido debate, sin que pueda en la actualidad afirmarse si se trata o no de un texto auténtico.
Algunos hechos son indudables: el libro existe, y en él hay una carta escrita con caligrafía del siglo XVIII que Smith fotografió. El estilo del texto es el de otras obras de Clemente de Alejandría, y las citas del evangelio secreto utilizan un lenguaje muy similar al del Evangelio canónico de Marcos.
Las razones a favor y en contra de la autenticidad pueden resumirse como sigue:

A favor

  1. El examen de la caligrafía de la carta, tal y como aparece en las fotografías que tomó Smith, arroja la conclusión de que corresponde al siglo XVIII. Si de verdad fue escrito en esta época, una falsificación tan perfecta no habría sido posible, pues implica un conocimiento exhaustivo de la literatura cristiana primitiva que estaba lejos de haberse alcanzado por entonces.
  2. La carta es perfectamente coherente con lo que se conoce del cristianismo primitivo, incluyendo la referencia a los carpocracianos, secta de la que hay numerosas menciones de otros autores.
  3. La moderna crítica literaria ha visto en la carta numerosos rasgos estilísticos y de vocabulario estadísticamente frecuentes en la obra de Alejandría, lo que parece apuntar que la carta es auténtica. También las breves citas de Marco utilizan el lenguaje propio del evangelista Marcos, lo que parece indicar que proceden del mismo autor.

En contra

  1. La desaparición del manuscrito impide que pueda realizarse un análisis químico de la tinta utilizada, lo que permitiría saber con certeza si fue efectivamente escrito en el siglo XVIII. Nada prueba que no sea una falsificación del siglo XX.
  2. En la literatura de los primeros tiempos del cristianismo no hay ni una sola alusión ni a un evangelio secreto de Marcos, ni a la supuesta carta de Clemente a Teodoro acerca de los carpocratianos. El propio Clemente, que menciona a los carpocratianos en otros lugares de su obra, no hace jamás referencia a esta carta.
  3. Existen algunas contradicciones entre lo que Clemente afirma en esta carta y lo que dice en la mayoría de sus obras.
  4. Las similitudes de vocabulario y estilo tanto con Marcos, en los fragmentos citados, como con Clemente, en el resto de la carta, son tantas que parecen producto de una imitación deliberada que hubiese concentrado en estos breves textos muchos de los elementos característicos de ambos. Como demuestra en un sorprendente artículo A.H. Criddle (Criddle:1995), es estadísticamente improbable la coincidencia en un texto tan pequeño de tantas palabras características del vocabulario de Clemente.

La carta de Mar Saba

La supuesta carta de Clemente está dirigida a un seguidor suyo llamado Teodoro. Este último le habría interrogado acerca de los carpocracianos. Clemente asegura que el evangelio secreto de Marcos que utiliza esta secta ha sido falsificado por ellos, y para demostrarlo aduce dos pasajes del verdadero evangelio secreto de Marcos, que él afirma conocer. Explica que Marcos escribió dos evangelios: uno, el canónico, dirigido al común de los fieles, y otro, el secreto, escrito en Alejandría tras el martirio de Pedro y dirigido a aquellos espiritualmente más avanzados, conteniendo enseñanzas secretas. Éste sería el evangelio secreto de Marcos, según Clemente manipulado por los carpocracianos. A continuación Clemente cita dos pasajes de este evangelio, anotando que el primer fragmento citado se sitúa inmediatamente después de Marcos 10:34, y el segundo en 10:46. Continúa señalando que otros pasajes sobre los que Teodoro ha preguntado son falsificaciones, aunque no los cita. La carta se interrumpe abruptamente, en medio de la frase “Ahora, la verdadera interpretación conforme a la verdadera filosofía…”

El texto del evangelio secreto

Clemente cita únicamente dos fragmentos del evangelio secreto de Marcos, de los que indica su ubicación en relación con el Marcos canónico.

Primer fragmento

Según Clemente este fragmento debe situarse entre Marcos 10:34 y Marcos 10:35.
Y llegaron a Betania, y había allí una mujer cuyo hermano había muerto. Llegó, se postró de rodillas ante Jesús y le dijo: ‘Hijo de David, ten piedad de mí’. Pero los discípulos la reprendían. Jesús se enfadó y se fue con la mujer hacia el jardín donde estaba la tumba. Y al instante se oyó desde el sepulcro una gran voz; y acercándose Jesús hizo rodar la piedra de la puerta de la tumba. Y en seguida entró donde estaba el joven, extendió su mano y lo resucitó. Y el joven, mirando a Jesús, sintió amor por él y comenzó a suplicarle que se quedara con él. Y saliendo de la tumba, se fueron a la casa del joven, pues era rico. Y después de seis días le dio Jesús una orden; y cuando cayó la tarde vino el joven a Jesús, vestido con una túnica sobre el cuerpo desnudo. Y permaneció con él aquella noche, pues Jesús le enseñaba el misterio del reino de Dios. Y saliendo de allí se volvió a la otra ribera del Jordán.“.
El añadido que los carpocracianos hacía a este fragmento era el siguiente: “estando desnudo con (el otro también) desnudo” (griego:gymnòs gymnô). No indica dónde se situaba este añadido, pero el único lugar lógico donde puede colocarse es después de “y permaneció con él aquella noche”. El añadido de los carpocracianos parece entonces insinuar cierta práctica homosexual de Jesús mientras enseña al joven el misterio del reino de Dios. Clemente rechaza esta interpretación. Por otro lado, numerosos autores han señalado las analogías de este fragmento con el episodio de la resurrección de Lázaro (Juan 11:41-44).

Segundo fragmento

Este segundo texto está situado en medio de un versículo (10:46) del Marcos canónico en que realmente parece que falta algo. Marcos 10:46 dice: “Entonces vinieron a Jericó” e, inmediatamente después, “al salir de Jericó él, sus discípulos y una gran multitud [...]“. Esta discontinuidad narrativa ha hecho pensar a autores como Helmut Koester y J. D. Crossan que el evangelio canónico de Marcos es en realidad una versión abreviada -o expurgada- del evangelio secreto. El texto es el siguiente:
Y estaban allí la hermana del joven a quien amaba Jesús, y la madre de éste y Salomé; pero Jesús no las recibió.“.

Interpretaciones

Smith defendió que el evangelio secreto era el evangelio original de Marcos, en tanto que el canónico ha sido expurgado de algunos pasajes. Como ejemplo aduce el segundo fragmento que, al situarse entre las dos frases de Marcos 10:46 Marcos 10:46, “Entonces vinieron a Jericó” y “y al salir de Jericó” dota de mayor coherencia a la narración.
En cuanto al joven citado en el primer fragmento, Smith cree que se trata del mismo personaje que sigue a Jesús “cubierto con una sábana” (Marcos 14:51), y huye cuando Jesús es arrestado en el huerto de Getsemaní.
En un libro publicado en 1978 (Jesus the Magician), Smith desarrolla una teoría sobre Jesús que tiene su base en el segundo fragmento del evangelio secreto. El encuentro entre Jesús y el joven es para Smith una iniciación secreta, reservada sólo a un grupo selecto de seguidores, similar a la de las religiones mistéricas. En concreto, Smith sugiere una práctica bautismal de carácter mágico. Hay que tener en cuenta que la idea de que Jesús bautizara a sus seguidores no aparece en los evangelios sinópticos, aunque sí en el Evangelio de Juan.
Este ritual secreto de iniciación implicaba, según Smith, una unión espiritual con Jesús en la que el iniciado realizaba una especie de viaje mágico al Reino de Dios. Smith especula sobre qué tipo de ritos tenían lugar en esta iniciación, pero da por sentado que tenían un importante componente físico. Llega incluso a afirmar que “el liberarse de las leyes puede haber llevado a que se completara la unión espiritual con la unión física”.
Para Smith, Jesús fue básicamente un mago, e incluso llega a pensar que fue condenado a muerte acusado de brujería, y que ciertas prácticas libertinas realizadas por algunas primeras sectas cristianas, como los carpocracianos mencionados por Clemente, tiene su origen en las enseñanzas de Jesús mismo.
La interpretación de Smith ha sido rechazada por casi todos los estudiosos. Reginald Fuller considera que estas supuestas enseñanzas secretas y rituales de iniciación son sospechosos de anacronismo para la época histórica de Jesús, y tienen en cambio muchos puntos de contacto con lel gnosticismo que se desarrolló en Alejandría en el siglo II.

El tema del secreto en el evangelio canónico de Marcos

En el evangelio canónico de Marcos hay muchas referencias a enseñanzas secretas que eran impartidas por Jesús únicamente a su círculo más allegado. La idea de diferentes niveles de iniciación es común a todas las religiones mistéricas, muchas de las cuales eran contemporáneas del cristianismo. ¿Existían también en el cristianismo, según parece indicar la carta de Clemente, diversos niveles de iniciación?
En Marcos, el tema del secreto es bastante complejo, y había llamado la atención de los estudiosos mucho tiempo antes de que fuera descubierta la carta de Mar Saba. Según Robert M. Grant (Grant 1963), la idea del secreto está presente en el texto evangélico tanto a través del frecuente tema del silencio como del de las “enseñanzas secretas” de Jesús.
Las referencias al silencio son muy frecuentes. Jesús ordena silencio a los demonios en el momento del exorcismo, para que no hablen acerca de él (Marcos 1:25Marcos 1:34Marcos 3:12)), y también a sus seguidores o a los que han sido curados por él (Marcos 1:43-45Marcos 5:43Marcos 7:36Marcos 8:26). A sus discípulos les pide que mantengan en secreto que es el Mesías ( Marcos 8:30, la transfiguración (Marcos 9:9), o incluso su estancia en Tiro (Marcos 7:24), o sus viajes por Galilea (Marcos 9:30)).
En cuanto a las enseñanzas secretas, en Marcos 4:10-12, Jesús dice que el secreto del Reino de Dios sólo será revelado a sus allegados, en tanto que a los de fuera, “todo les resulta enigmático” (Marcos 4:10-12). Muchas de las enseñanzas de Jesús van dirigidas a un grupo escogido de discípulos (Marcos 5:37Marcos 13:3), y todas las referencias a la pasión y la resurrección tienen lugar en el camino, lejos de las multitudes (Marcos 10:32)
Todas estas referencias al secreto parecen avalar la referencia de Clemente en la carta a un evangelio secreto, dirigido a una minoría escogida, de mayor perfección espiritual.

Enlaces externos

Bibliografía

  • CRIDDLE, A.H.: “On the Mar Saba Letter Attributed to Clement of Alexandria”, Journal of Early Christian Studies 3 (1995); pp. 215-220.
  • EHRMAN, Bart D.: Cristianismos perdidos. Los credos proscritos del Nuevo Testamento. Ares y Mares, 2004. Especialmente, capítulo 4: “¿La falsificación de un antiguo descubrimiento? Morton Smith y el Evangelio Secreto de Marcos” (páginas 107-138).
  • GRANT, Robert M.: A Historical Introduction to the New Testament Harper and Row, 1963: Capítulo 8: The Gospel of Mark
  • JENSEN, Robin M.: The Two Faces of Jesus, Bible Review, Oct 2002, p. 42
  • PIÑERO, Antonio: “Los evangelios apócrifos”, en Antonio Piñero (ed.): Fuentes del cristianismo. Ediciones El Almendro, 1993 (páginas 407-410).
  • SMITH, Morton: Clement of Alexandria and a Secret Gospel of Mark Harvard University Press, 1973 (la versión para especialistas)
  • SMITH, Morton Jesus, the Magician, Harper & Row Publishers, 1978 (traducido al castellano por Ediciones Martínez Roca bajo el título de Jesús el mago)
  • SMITH, Morton: The Secret Gospel: The Discovery and Interpretation of the Secret Gospel According to Mark, 1981 (la versión popular)

No hay comentarios:

Publicar un comentario