TOTÒ RIINA, EL MAL ABSOLUTO
Pero peores son los hombres del Estado que se alían con él
Por Giorgio Bongiovanni - 7 de Diciembre de 2013
Pero peores son los hombres del Estado que se alían con él
Por Giorgio Bongiovanni - 7 de Diciembre de 2013
Es un cuadro dramático y preocupante que nos remonta en el tiempo, hasta el tiempo de los atentados, el que se está manifestando en estos días en nuestro País. Eran los años en los que perdieron la vida los Jueces Giovanni Falcone, Francesca Morvillo y Paolo Borsellino, en el que murieron sus agentes de escolta, hombres inocentes, incluso niños, a causa de las bombas de 1992 y de 1993.
Un clima muy tenso que sin exageración ni fanatismo podríamos comparar con el que se respira hoy en las Fiscalías sicilianas entre Palermo, Caltanissetta y Trapani. Es más, en algunos aspectos, con respecto a ese momento, la situación es aún peor.
¿Es absolutamente creíble que Riina es perfectamente consciente de sus acciones y que sabe exactamente con quién tiene que hablar? También hay que entender quién es este boss de la región de la Puglia (con el que hablaba mientras era interceptado), Alberto Lorusso, si realmente es un jefe mafioso de “la Sacra Corona Unita”, si es un
delincuente común, un sujeto que está en contacto con los servicios secretos, o simplemente un criminal puesto a propósito para hacer que Riina se “abra” para hablar de ciertos temas. ¿Pero justamente porqué Riina se siente tan libre de hacer determinadas externalizaciones?La primer hipótesis es que “u curtu” (sobrenombre de Riina) se siente con la espalda contra la pared a causa del proceso judicial sobre la negociación Estado-mafia, audiencia tras audiencia, deja en evidencia las responsabilidades tanto de las instituciones como de Cosa Nostra.
Y en el momento que el mundo mafioso más cercano a Riina entiende que el “jefe supremo” en persona realmente negoció, poniéndose de acuerdo con algunos hombres de Estado, fue cuando el mismo boss corleonese fue definido como “esbirro”, “traidor de los valores de Cosa Nostra”, y se lo consideró como un jefe “falso”, “mentiroso” y que llevó a los miembros de la misma mafia siciliana a la ruina.
También el colaborador de justicia Giovanni Brusca se arrepintió únicamente después de haber descubierto que Riina quería matarlo y, sobre todo, después de haber descubierto que Riina negociaba con los carabinieri y el Estado, traicionando así a Cosa Nostra.
En una audiencia reciente, en la etapa del debate, del proceso judicial sobre la negociación, fue precísamente el ex boss de Caccamo, Antonino Giuffré, quien les habló a los Jueces sobre el fracaso de Riina ante los ojos de toda Cosa Nostra. “Estaba el tema de los procesos, de los operativos policiales bajo la guía de los Jueces Falcone y Borsellino, las operaciones en Norteamérica, el maxi-proceso. Este último fue la gota que hizo desbordar el vaso. Para Riina
también se había convertido en una cuestión de imagen porque iba siempre tranquilizando a todos de que las cosas se arreglarían, en cambio cuando lo pasaron a la Casación quedó claro que las cosas saldrían mal y así fue que comenzó la agresión violenta en contra de determinados personajes”. Y después de haber perpetrado los atentados el jefe mafioso se encontró con un ‘puñado de moscas’: ‘Riina lanzó un poderoso ataque contra una parte de ese poder que había tenido un rol en el apoyo a Cosa Nostra y los atentados sirvieron para convencer también al Estado para que interviniera para poner fin a todo esto. Podemos llamarla razón de Estado si queremos, el hecho es que el entregar a Riina, el alejar a la parte violenta de Cosa Nostra que había atacado al Estado, fue el precio que había que pagar”.Es por ello que su rabia crece especialmente contra los Jueces que están desenmascarando, en la sede procesal, su fracaso, decretando su fracaso “político” y “moral”, por ‘esbirrería’, ante los ojos de sus mismos soldados.
Y cuando dice “Di Matteo tiene que morir. Y con él todos los Fiscales del proceso de la negociación, me están volviendo loco”. “A este lo tengo que hacer terminar como a los demás”, “No nos tenemos que olvidar de este Di Matteo. Corleone no olvida” está diciendo claramente cuáles son los enemigos a los que hay que atacar.
La segunda hipótesis, en antítesis con la primera pero paradójicamente relacionada a la misma, sigue considerando al jefe mafioso corleonés con la espalda contra la pared, condenado a varias cadenas perpetuas, pero como “vocero” de un poder mucho más grande, formado por Cosa Nostra pero también por otros sujetos que estrecharon alianzas con él, que interactuaron, que hablaron y que hicieron sospechosos y sucios negocios.
Es la imagen, para los creyentes y los laicos, “del mal absoluto”.
Pero hay algo que es igual, sino peor, al “mal absoluto”. O bien estos hombres políticos que exaltan el bien común de Italia, esos hombres de Estado y esos hombres poderosos de la economía que se presentan, con sus supuestos valores, ante la opinión pública italiana para luego, por debajo de la mesa, hacer negocios, pactos o incluso decidir la muerte de muchos inocentes usando a Riina y a Cosa Nostra como brazo armado.
Ante estos hombres, nosotros, los sedientos de justicia, nos indignamos y gritamos con fuerza: “No es solamente Riina el mal absoluto, sino que vosotros también lo sois. Vosotros que condenáis a muerte al Fiscal Antonino Di Matteo y a otros colegas suyos. Y frente a este Estado italiano, lamentablemente ocupado por criminales feroces que han emitido sentencias de muerte contra nuestro Juez, y contra los demás magistrados, decimos que estamos listos para defenderlos, si es necesario, incluso con nuestros cuerpos”.
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