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Es necesaria una “crisis extraordinaria” para preservar el “nuevo orden mundial”, que se encuentra bajo la “amenaza de ser descarrilado por actores no estatales como Edward Snowden”, según el Consejo Atlántico.
La tesis proviene de Harlan Ullman, presidente de un prominente centro de pensamiento en Washington (EE.UU.), que escribió un artículo para el Consejo Atlántico titulado ‘La guerra contra el terrorismo no es la única amenaza‘, en el que el autor asegura que “cambios tectónicos están remodelando el sistema geoestratégico internacional”.
El principal argumento radica en que no son las superpotencias militares como China, sino los “actores no estatales” como Edward Snowden, Bradley Manning o los ‘hackers’ de Anonymous quienes representan la mayor amenaza para el “sistema de Westfalia de 365 años” porque ellos alientan a las personas a autoempoderarse, y permean el control del Estado.
“Muy pocos han tomado nota y menos han actuado para evitarlo”, señala Ullman, lamentando que “la revolución de la información y las comunicaciones globales instantáneas” frustran el “nuevo orden mundial” anunciado por el presidente de EE.UU., George H. W. Bush, hace más de dos décadas.
“Sin una crisis extraordinaria es probable que se haga poco para revertir o limitar el daño impuesto por el fracaso de la gobernabilidad”, escribe Ullman, lo que implica que solo otro cataclismo al estilo del 11-S permitirá al Estado reafirmar su dominio, mientras que “contiene, reduce y elimina los peligros planteados por los actores no estatales empoderados”.
Ullman concluye que la eliminación de los actores no estatales e individuos empoderados “debe hacerse” con el fin de preservar el nuevo orden mundial. Un resumen de su material sugiere que la definición del Consejo Atlántico de un “nuevo orden mundial” es una tecnocracia mundial dirigida por una fusión de los grandes gobiernos y las grandes empresas en las que la individualidad se sustituye por la singularidad transhumanista.
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