jueves, 6 de febrero de 2014

La palabra camina, la minga transforma: el trabajo del todos juntos

“La gran diferencia entre los indígenas y el mundo occidental es que vivimos en comunidades y nos sentimos como en casa con los hermanos de nuestro grupo. La unión nos hace fuertes, y el individuo es importante como parte de un todo.” Evaristo Nugkuag Ikanan, aguaruna. 
“Los líderes actuales deberían cambiar de valores, de “Poder y Autoridad” a “Responsabilidad”. Los EEUU tienen una “declaración de derechos”, y yo creo que habría sido mejor una “declaración de responsabilidades”. Oren Lyons, iroqués.
En la vasta estepa de Mongolia, las puertas de las casas gers de los nómadas siempre se orientan al sur, para resguardarse de los vientos gélidos de Siberia. Es de mala educación llamar a la puerta y los visitantes simplemente deben entrar.
 
“Debemos trabajar de forma colectiva porque ahí es donde radica nuestro poder y, ademas, actuar así resulta ventajoso”, afirma Tanien Ashini, un sheshatshiu de Canada.
Para los penan, la peor ofensa social se denomina sihun, que significa no saber compartir. Los yanomami creen que una cazador enfermará si consume su propia caza. El egoísmo es la peor falta.
En algunas zonas de Sudáfrica, cuando se desea elogiar a alguien, se le dice que tieneubuntu: aquello que se requiere para ser un humano. Una persona con ubuntu reconoce queexiste porque los demás existen: que es una persona a través de otras. De modo que al deshumanizar a alguien, nos guste o no, nos estamos deshumanizando a nosotros mismos. Ya que no existe un ellos u otros, sino un Nosotros, y Nosotros somos tod@s. El bienestar de uno depende del bienestar de todos. Ello significa que los africanos invitan de modo cotidiano a los desconocidos a sus hogares y los niños se crían con la ayuda de toda la comunidad, por ejemplo. Y dado que la interdependencia funciona en ambos sentidos, significa que la gente está dispuesta a aceptar ayuda así como a darla.
La filosofía de la Suma Qamaña de Bolivia, que se podría traducir como “buen convivir”, es la sociedad buena para todos en armonía con los otros y con la naturaleza (la Pacha Mama). Por eso, la manera de expresar regularmente que alguien es ‘pobre’, la palabra que tanto quechuas como aymaras prefieren, es waxcha (o waqcha, en quechua), que literalmente significa ‘huérfano, abandonado’. Es decir, lo que se subraya ante todo es la falta de seguridad y del calor de la de convivencia en su vida, más que la carencia de bienes materiales.
Muchas tribus tampoco creen en el principio de propiedad privada de la tierra.
“Bushmanland (tierra de los bosquímanos) es nuestro gran nore, es como el territorio de todas nuestras familias. Nore significa el lugar donde has nacido y han nacido tus padres y tus abuelos. No es solo un pedazo de tierra, sino una porción de naturaleza, nuestro recurso natural. Cada nore proporciona los mismos recursos, de ahí que las familias hayan aprendido a compartirlos. Hemos aprendido a ayudarnos para poder sobrevivir en un entorno tan difícil. El nore es la clave de nuestra supervivencia y la base de nuestra cultura.”  Kxao Moses, bosquimano juhoan, Namibia.
Existen antiguos y tradicionales sistemas de trabajar la tierra en comunidad, sin esperar nada a cambio más que el bien de todos, incluso en Occidente, donde también existe elauzolan en Navarra (donde todavía hay pueblos en los que sigue vigente), la prestación gallega andecha o el coor irlandés.
Los aztecas ya utilizaban la minka o minga, que hoy los pueblos indígenas de la cordillera andina usan todavía, para construir todo tipo de infraestructuras. El caso más llamativo es el del puente peruano de Q’eswachaka, el último puente colgante hecho exclusivamente defibras vegetales y que se ha regenerado por más de cinco siglos. Y es que cerca de mil personas de comunidades diferentes (Huinchiri, Chaupibanda, Ccollana Quehue y Pelcaro) se reúnen anualmente en la renovación de Q’eswachaka. Esta tradición de trabajo comunitario ha mantenido hasta el presente este antiguo tipo de puente, permitiendo que podamos observar después de tantos años la vigencia de la cultura material e inmaterialde los inkas hasta el presente.
De esta forma refuerzan su identidad como pueblo y celebran la renovación de la vida. Una lección vital sobre la importancia del trabajo en equipo, la mink’a o minga (del quechuaminccacuni «solicitar ayuda prometiendo algo»), y el control sostenible con la naturaleza.
De hecho, en los años 60 y 80, se implantó la minka desde la administración
de Perú para la construcción de obras públicas que necesitaba el país. Los ciudadanos ofrecían su mano de obra en lugar de impuestos, y el Gobierno pagaba el material necesario para las obras. En pocos años se dotó el país de la mayoría de infraestructuras existentes.Corea del Sur se interesó por la experiencia, y tras una visita que hizo su gobierno para conocerla in situ, puso en marcha en su país este sistema aplicado a la economía: en pocos años pasó de ser un país pobre económicamente a ser una potencia que tiene su lugar a nivel internacional.
La tiradura de casa en Chile también es denominada como minka. Se trata del traslado de una casa a otro lugar por la necesidad de acercarse a un camino o la adquisición de un terreno nuevo. La complejidad de la tarea demanda varios días de trabajo. La casa se ata a yuntas de bueyes, toros o a tractores y se arrastra lo que sea necesario. En ocasiones también es necesario llevarla a través del mar, claro, con ayuda del resto de la comunidad.
Pero este sistema es el día a día de muchas sociedades de todo el mundo, donde de forma instintiva se dice “nosotros” en lugar de “yo”. Numerosas sociedades indígenas apenas tienen líderes formales, las decisiones las toman por consenso y las órdenes sólo se manifiestan a modo de sugerencia.
En el pueblo masai o en el de los gurunsi, no las transladan, sino que construyen las casas entre todos. Entre los masai, la construcción de una casa para una nueva pareja recién casada es todo un ritual. Un grupo de mujeres se afanaban en la tarea de mezclar adobe y estiércol, ya que son ellas las que construyen las casas oscuras, bajas y sin ventanas, para evitar los mosquitos.
Los gurunsi son auténticos arquitectos.  Sus casas sukhala construcciones de
adobe que se revisten de barro y excrementos y posteriormente son adornadas con motivos abstractos, que las mujeres de la tribu pintan sobre fachadas y muros para después pulirla con ramas. Aunque lo mejor de la construcción no es el acabado, sino el método: las mujerescantan a ritmo del trabajo, golpeando la mezcla. Después la regenerarán cada cierto tiempo, porque cada una de sus casas está poblada por los espíritus de sus antecesores y, por ello, tratan de preservarlas durante el mayor tiempo posible, pasando de una generación a otra. http://www.youtube.com/watch?v=NXEVeM_Ythc
No son los únicos arquitectos naturales, y los hay mucho más audaces. Los Korowai, tribu que ha permanecido oculta al mundo exterior durante generaciones, viven en los densos bosques de Papúa Occidental en auténticas casas árbol que construyen entre todos. Cuanto más alta es la copa del árbol, más segura estará la comunidad.
http://www.youtube.com/watch?v=yZwFdQc3UIs
El edificio de barro más grande y más antiguo del mundo necesita una capa de lodo del ríofresco. Una vez que el barro es la consistencia adecuada, toda la ciudad de Djenné se unepara este evento anual. Desde la Edad Media, Tombuctú fue un punto de encuentro entre el África negra y los nómadas del desierto, tuaregs, árabes o bereberes. Gracias a la riqueza generada por el comercio, atrajo a estudiosos y arquitectos, que modelaron con el barro del desierto una de las ciudades más impactantes del planeta. La famosa mezquita de Djingareyber se mantiene en pie 700 años después pese a la decadencia de la ciudad, y no es casualidad. Toda la ciudad lo regenera año tras año.
El 1 de abril de 2012, grupos armados de Al Qaeda del Magreb Islámico se hacía con el control de Tombuctú y procedía a la destrucción de mausoleos, considerándolos antiislámicos y sacrílegos, ya que “el hombre debe venerar sólo a Alá”.

“Las cosas van mejor, Alhamdoulilah[gracias a Dios], pero aún queda mucho para que Tombuctú vuelva a ser lo que era”, asegura Baba Cissé, un conductor que tiene serias dificultades para mantener a su familia.
Fuentes:
Somos uno: un homenaje a los pueblos indígenas. Joanna Eede.

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