"La Oficina de Periodismo de Investigación [The Bureau of Investigative Journalism, TBIJ] estima que cerca de un total de 4.000 muertes son resultado de los ataques con aviones no tripulados estadounidenses en Pakistán, Yemen y Somalia. Tantos como 954 han sido civiles, de ellos 225 han sido niños."
La pequeña Mahtab estaba alegre. Aprendía a dibujar rápidamente y su maestra le había elogiado los dibujos que realizó de algunos paisajes. La maestra estaba contenta y seguramente también Ala, la paz sea con él, estaría contento. Con toda esa alegría a cuesta subió corriendo el pequeño promontorio que estaba frente a su casa en las afueras de Anghar. Era su lugar favorito porque desde ahi podía ver todas las casuchas del poblado en panorámica. Subida en el promontorio se imaginaba que era una princesa que, montada en gran carroza, gobernaba todo el pueblo para la gloria de Ala, la paz sea con él.
Tomó una pequeña rama del suelo y realizó trazos sobre la tierra, trazos que semejaban el castillo que ella ocuparía, dibujó también una carroza en la que ella recorrería las calles de su pueblo para ser aclamada como soberana por todos los ciudadanos. Luego, unas voces la distrajeron. Era su padre que llegaba. No venía solo, le acompañaban unos hombres, algunos de los cuales conocía. Estaba su tío Ehsaan, y también reconoció a su primo Fawad, el resto no los conocía de nombre pero los había visto varias veces.
No era la primera vez que se reunían en su casa. Cuando estos hombres venían, todos con sus miradas serias, las mujeres y los niños salían de la casa y los hombres se quedaban en ella conversando. A veces venían hombres desconocidos para todos. Llegaban con su tío Ehsaan o con su primo Fawad y se reunían por varias horas. Después se despedían con muchos abrazos y ya no los volvía a ver. Otras veces era su padre el que se iba por largo tiempo. Durante su ausencia de vez en cuando su tío o su primo iban por la casa, preguntaban como estaban, dejaban algo de alimento y se iban.
Mahtab los vio entrar en la vivienda y luego vio a su madre salir con su hermanito en brazos. Desde la altura de su trono veía a su madre entrar a una de las casas vecinas donde otras mujeres charlaban amigablemente.
Luego de un rato se olvidó de la casa, de los hombres, de las mujeres, de su hermanito y se concentró de nuevo en sus fantasías de princesa. Correteó un rato por el promontorio y luego se quedó mirando el horizonte. Entonces lo vio. En la lejanía del cielo apareció un destello. Un punto luminoso entre el azul del cielo de la tarde que caía sobre Anghar. Curiosa, se quedó mirando el destello que parecía crecer a ratos. Sí. El destello se iba acercando. Ya no era solo un destello podía ver su metálico gris recortarse sobre el azul. ¿Qué era aquello? En su fantasía llegó a creer que era un ángel de Ala, la paz sea con él, que venía a que le mostrara sus dibujos. A medida que la forma metálica se acercaba el viento le trajo el rumor de un estruendo, un sonido cortante que rompía el tedio de la tarde.
Unos segundos después ya podía ver perfectamente el contorno de la nave que se acercaba y en un acto espontaneo levantó sus brazos para decir adiós a quienes iban en el artefacto. Y luego, un segundo después, escuchó el estruendo. Sintió el promontorio hundirse bajo sus pies. Y la tibieza de la tarde se convirtió en calor y fuego. Las casas al pie de la pequeña colina se consumieron en un océano de fuego y las llamas devoraron sus dibujos y sus sueños.
Lo que acaban de leer es completamente ficticio, excepto el nombre del pueblo de Anghar, todo lo demás es producto de mi imaginación. Pero, ¿cuánta veces se repetirá este hecho? ¿Tiene una nación, un Estado derecho a decidir que para capturar o matar un enemigo no importa que éste se encuentre en una boda, en un cumpleaños, con sus hijos?
Vamos a ser claros en algo para que no se nos malinterprete, si una persona se coloca un chaleco lleno de bombas y se mete a una cafetería y se vuela junto con decenas de inocentes eso es terrorismo y es un crimen. Pero, así mismo, lanzar un vehículo no tripulado, un robot contra la población, como ocurrió el 12 de diciembre del 2013 en la ciudad de Radda en Yemen donde un Drone lanzo dos misiles contra un caravana de 60 personas que iban a una boda, eso también es terrorismo.
Es además una violación de las leyes internacionales por cuanto no se ha declarado la guerra para lanzar ataques en ese país por cuanto "Las Naciones Unidas han declarado que con el uso de ataques con aviones no tripulados en Pakistán EE.UU. viola el derecho internacional y es una amenaza para los derechos humanos, no sólo a causa de la cantidad de víctimas que causan los drones, sino también debido a que el Gobierno paquistaní no consiente con los ataques con drones. El Relator Especial de Naciones Unidas para la Lucha contra el Terrorismo y Derechos Humanos, Ben Emmerson, emitió un comunicado expresando que el Gobierno de Pakistán "considera los ataques aéreos estadounidenses contraproducentes, contrarios al derecho internacional, y una violación de la soberanía y la integridad territorial de Pakistán." (http://droneswatch.org/fact-sheets-flyers/)
Para el soldado en tierra que opera el UAV (Unmanned Aerial Vehicle) es quizá solo un juego, un Nintendo. Su presencia lejana lo hace inmune al horror que desata su juguete, pero para todas las pequeñas Mahtab de Pakistán, Yemen, Somalia, etc. ha sido muerte y para los inocentes terror.
La pequeña Mahtab estaba alegre. Aprendía a dibujar rápidamente y su maestra le había elogiado los dibujos que realizó de algunos paisajes. La maestra estaba contenta y seguramente también Ala, la paz sea con él, estaría contento. Con toda esa alegría a cuesta subió corriendo el pequeño promontorio que estaba frente a su casa en las afueras de Anghar. Era su lugar favorito porque desde ahi podía ver todas las casuchas del poblado en panorámica. Subida en el promontorio se imaginaba que era una princesa que, montada en gran carroza, gobernaba todo el pueblo para la gloria de Ala, la paz sea con él.
Tomó una pequeña rama del suelo y realizó trazos sobre la tierra, trazos que semejaban el castillo que ella ocuparía, dibujó también una carroza en la que ella recorrería las calles de su pueblo para ser aclamada como soberana por todos los ciudadanos. Luego, unas voces la distrajeron. Era su padre que llegaba. No venía solo, le acompañaban unos hombres, algunos de los cuales conocía. Estaba su tío Ehsaan, y también reconoció a su primo Fawad, el resto no los conocía de nombre pero los había visto varias veces.
No era la primera vez que se reunían en su casa. Cuando estos hombres venían, todos con sus miradas serias, las mujeres y los niños salían de la casa y los hombres se quedaban en ella conversando. A veces venían hombres desconocidos para todos. Llegaban con su tío Ehsaan o con su primo Fawad y se reunían por varias horas. Después se despedían con muchos abrazos y ya no los volvía a ver. Otras veces era su padre el que se iba por largo tiempo. Durante su ausencia de vez en cuando su tío o su primo iban por la casa, preguntaban como estaban, dejaban algo de alimento y se iban.
Mahtab los vio entrar en la vivienda y luego vio a su madre salir con su hermanito en brazos. Desde la altura de su trono veía a su madre entrar a una de las casas vecinas donde otras mujeres charlaban amigablemente.
Luego de un rato se olvidó de la casa, de los hombres, de las mujeres, de su hermanito y se concentró de nuevo en sus fantasías de princesa. Correteó un rato por el promontorio y luego se quedó mirando el horizonte. Entonces lo vio. En la lejanía del cielo apareció un destello. Un punto luminoso entre el azul del cielo de la tarde que caía sobre Anghar. Curiosa, se quedó mirando el destello que parecía crecer a ratos. Sí. El destello se iba acercando. Ya no era solo un destello podía ver su metálico gris recortarse sobre el azul. ¿Qué era aquello? En su fantasía llegó a creer que era un ángel de Ala, la paz sea con él, que venía a que le mostrara sus dibujos. A medida que la forma metálica se acercaba el viento le trajo el rumor de un estruendo, un sonido cortante que rompía el tedio de la tarde.
Unos segundos después ya podía ver perfectamente el contorno de la nave que se acercaba y en un acto espontaneo levantó sus brazos para decir adiós a quienes iban en el artefacto. Y luego, un segundo después, escuchó el estruendo. Sintió el promontorio hundirse bajo sus pies. Y la tibieza de la tarde se convirtió en calor y fuego. Las casas al pie de la pequeña colina se consumieron en un océano de fuego y las llamas devoraron sus dibujos y sus sueños.
Lo que acaban de leer es completamente ficticio, excepto el nombre del pueblo de Anghar, todo lo demás es producto de mi imaginación. Pero, ¿cuánta veces se repetirá este hecho? ¿Tiene una nación, un Estado derecho a decidir que para capturar o matar un enemigo no importa que éste se encuentre en una boda, en un cumpleaños, con sus hijos?
Vamos a ser claros en algo para que no se nos malinterprete, si una persona se coloca un chaleco lleno de bombas y se mete a una cafetería y se vuela junto con decenas de inocentes eso es terrorismo y es un crimen. Pero, así mismo, lanzar un vehículo no tripulado, un robot contra la población, como ocurrió el 12 de diciembre del 2013 en la ciudad de Radda en Yemen donde un Drone lanzo dos misiles contra un caravana de 60 personas que iban a una boda, eso también es terrorismo.
Es además una violación de las leyes internacionales por cuanto no se ha declarado la guerra para lanzar ataques en ese país por cuanto "Las Naciones Unidas han declarado que con el uso de ataques con aviones no tripulados en Pakistán EE.UU. viola el derecho internacional y es una amenaza para los derechos humanos, no sólo a causa de la cantidad de víctimas que causan los drones, sino también debido a que el Gobierno paquistaní no consiente con los ataques con drones. El Relator Especial de Naciones Unidas para la Lucha contra el Terrorismo y Derechos Humanos, Ben Emmerson, emitió un comunicado expresando que el Gobierno de Pakistán "considera los ataques aéreos estadounidenses contraproducentes, contrarios al derecho internacional, y una violación de la soberanía y la integridad territorial de Pakistán." (http://droneswatch.org/fact-sheets-flyers/)
Para el soldado en tierra que opera el UAV (Unmanned Aerial Vehicle) es quizá solo un juego, un Nintendo. Su presencia lejana lo hace inmune al horror que desata su juguete, pero para todas las pequeñas Mahtab de Pakistán, Yemen, Somalia, etc. ha sido muerte y para los inocentes terror.
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