viernes, 30 de mayo de 2014

1816: El auténtico año sin verano

© Desconocido

Durante ese año el Sol no brilló. Ni siquiera en verano. La responsable de que en junio hubiese nevadas en gran parte del hemisferio norte fue la peor erupción volcánica en ocho mil años. 

Esta historia comienza el 14 de abril de 1815, meses antes de que medio mundo se quedara sin verano. Y lo hace con un estruendo. Uno muy ruidoso, tanto que pudo escucharse a miles de kilómetros del lugar donde se originó, la isla de Sumbawa, en Indonesia. Allí un volcán, el Tambora, explotó. Y no fue un evento natural discreto. La montaña, que tenía unos cuatro mil metros de altura, perdió más de la mitad de su volumen tras la explosión. Fallecieron todos los habitantes. Las cenizas y los aerosoles expulsados sobrepasaron los diez kilómetros de altura y alcanzaron la estratosfera, una capa donde apenas hay movimientos verticales y vapor de agua. Unas condiciones que les permitieron extenderse por todo el globo. 

Esas partículas absorben y reflejan los rayos solares, oscureciendo la atmósfera e impiden que nuestra estrella pueda calentar la superficie. Así es como comenzó el frío de verdad. La temperatura media global descendió hasta tres grados. La nube volcánica no solo trastornó las condiciones allí por donde pasaba sino también la vida. En Europa, por ejemplo, las intensas lluvias, las temperaturas gélidas y las cenizas que caían de un cielo que parecía anunciar el Apocalipsis dejaron malas cosechas que provocaron hambruna. La cifra de muertos en el viejo continente pudo superar los ochenta mil. Hoy sabemos además que la catástrofe fue determinante en el desenlace de importantes sucesos históricos y que inspiró algunas de las obras artísticas más famosas.



La Voz de Galicia
jue, 29 mayo 2014 13:17 CDT

Visto en : sott.net

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