Dos emblemáticas activistas, entre ellas una premio Nobel, apuntan en México algunos de los funestos efectos de la siembra y consumo de transgénicos.
La esperanza de vida en la mayoría de los países ha crecido, pero la exposición a elementos artificiales en los alimentos, un fenómeno inédito en la historia de la humanidad, es más potente que nunca. Fertilizantes, insecticidas, semillas transgénicas, toxinas, son inyectados a los comestibles. Las empresas de semillas más grandes del mundo se engordan con un inusitado poder al generar patentes, y al cobrar regalías se están apropiando de los derechos intelectuales de casi la totalidad de los alimentos.
En México un grupo de expertos promovieron una demanda colectiva contra las secretarías de gobierno que facilitaron la siembra experimental de transgénicos. La demanda involucra a la Secretaría de Medio Ambiente y la de Agricultura,que apelaron ipso facto:
Lo cual nos sorprende mucho porque las secretarias están actuando a favor de las empresas más que a favor de la colectividad y de ahí en adelante hemos tenido 50 impugnaciones en esta demanda. Adelita San Vicente.
En una reciente entrevista la activista Adelita San Vicente, y la premio Nobel Alternativo 1993, Vandana Shiva, enlistan algunos de los peligros destilados tras décadas de uso de transgénicos:
- El uso de transgénicos, químicos y toxinas libres de patentes, y de derechos de propiedad intelectual que están tan mal, requirieron de una revisión en la reunión de la Organización Mundial de Comercio de 1999, pero las corporaciones están bloqueando la información.
- Monsanto es el principal proveedor de productos químicos para la agricultura y es un gran impulsor de la propiedad intelectual de los alimentos.
- Las semillas se vuelven propiedad de Monsanto y los campesinos tienen que pagar regalías, en el caso del maíz en Estados Unidos es aproximadamente 350 dólares por hectárea de cultivo.
- Monsanto entró en la India con algodón transgénico y en menos de 10 años controla el 95% de todo el suministro del algodón, el precio de la semilla ha crecido 8000%.
- No es una tecnología confiable, no controla las plagas sino que las aumenta obligando a usar más pesticidas: como resultado los agricultores están atrapados a causa de deudas impagables y como la deuda es favor de los que venden las semillas y los agroquímicos, cuando las agencias vienen a cobrar les quitan las tierras y desesperados se quitan la vida, hemos perdido 284 mil campesinos en la india quienes se han suicidado.
- Estados Unidos perdió sus exportaciones de arroz y trigo, por contaminaciones de Monsanto.
- Los científicos más importantes en Europa son pagados por el gobierno. En 1998 a Sadat Pasati se le pidió hacer estudios sobre los transgénicos y ver si causaban algún daño a la salud, pero al dar a conocer sus resultados hubo una enorme presión de Estados Unidos y de Gran Bretaña, y su laboratorio fue clausurado: encontró que los cerebros de roedores se habían encogido y que los páncreas habían crecido.
- La Academia Rusa de la Ciencia encontró que la mitad de los descendientes de las ratas que fueron alimentadas con transgénicos tenían tumores y las que no fueron alimentadas con ellos, no las tenían.
La colectividad podríamos confundirnos con el inminente flujo de información. Algunos datos ensalzan las bondades de los transgénicos, y otros parecieran sacados de un expediente delictivo de genocidio. Lo cierto es que la propiedad intelectual en las semillas amenaza con la soberanía alimentaria de los pueblos: producir productos primarios no debiera supeditarse al control de ningún consorcio. Es casi una obviedad, que quien controla el alimento, gobierna la vida y salud humana.
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