Unas mil familias del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) han ocupado un terreno en las inmediaciones del Itaquerao, como se conoce el estadio de Sao Paulo en el que dará comienzo el Mundial de Brasil en poco más de un mes.
Los promotores de esta acción quiere poner el foco sobre la especulación inmobiliaria y la inflación provocadas por el torneo, que está echando de sus casas a los más desfavorecidos.
“Con más de 1.000 millones de reales (unos 450 millones de dólares) gastados en el estadio, lo que nos queda a nosotros, la población local, es un legado de desahucios, de alquileres más altos, de muchísimas dificultades para garantizar el acceso a la vivienda”, denunciaba Josue Augusto, unos de los representante de este movimiento .
Las familias que ocuparon el terreno, a unos cuatro kilómetro del flamante nuevo estadio, vivían “en áreas de riesgo, en favelas o sin condiciones para pagar el alquiler”, según el comunicado de MTST.
Junto a este movimiento pacífico, en Brasil se multiplican las protestas violentas en varias ciudades del país por el gasto realizado en la organización de este evento en lugar de destinar esos recursos a sectores como salud, educación y vivienda.
Asimismo, han protestado por el sobrecoste en los gastos previstos en la organización del Mundial y achacan el aumento del presupuesto a la corrupción en las instituciones responsables de la construcción de nuevos estadios.
Las acusaciones de mala gestión y el problema de la inflación han llegado hasta la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, cuya popularidad ha caído en picado en las últimas semanas.
Rousseff, que aspira a un segundo mandato, ha anunciado un incremento en las ayudas sociales que afectarán a 36 millones de familias de bajos recursos.
Visto en: Periodismo Alternativo
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