Árboles caídos, escombros, inundaciones y electricidad cortada son ahora una escena rutinaria en el norte de Europa. La zona está siendo sacudida por el huracán Niklas. El desastre natural ya ha se ha cobrado la vida de nueve personas y es un grave obstáculo para la aviación.

La Policía de Alemania de momento confirma siete muertos a causa de Niklas, que ha llegado a alcanzar 193 kilómetros por hora, informa 'The Local'. Una persona falleció cuando el viento derribó un muro de hormigón y tres, cuando un árbol cayó sobre sus coches. La quinta víctima murió por el fuerte granizo en una autopista y dos personas más, en un camino cubierto de nieve.


La octava víctima mortal del huracán perdió la vida en Austria: un hombre estaba intentando fijar el tejado de su terraza, pero el viento lo tiró de la escalera. En Suiza, un árbol caído mató a un automovilista. Las fuertes lluvias generaron, además, inundaciones en aldeas suizas cerca de Neuchâtel y Berna. El país cerró también varias líneas de ferrocarriles montañosos.
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Las condiciones meteorológicas causaron el cierre del mayor puerto neerlandés y europeo, el de Róterdam. Alemania canceló los trenes en Renania del Norte-Westfalia, Baja Sajonia y Baviera y evacuó la estación central de trenes de Múnich después de que pedazos de cristal cayeran del techo.




En el principal aeropuerto internacional de los Países Bajos, Ámsterdam-Schiphol, resultaron cancelados hasta 90 vuelos. En el Reino Unido y en Alemania el despegue y aterrizaje de los aviones también se ven dificultados debido a los vientos. Solo en el aeropuerto de Hamburgo fueron cancelados más de 180 vuelos.