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La gente indignada prostesta en Madrid, España, 2013. (PEDRO ARMESTRE/AFP/Getty Images)
El Reporte Anti Corrupción en Europa divulgado en febrero de 2014 reveló que el costo para la economía de los estados miembros asciende a unos 120 millones de dólares y España no está ajeno a ello.
Un 95 por ciento de los españoles cree que esta mala práctica se extendió en manera generalizada y un 63 por ciento dijo que resultó afectado, según las encuestas a sus ciudadanos. Esta última cifra es el índice más alto en Europa junto a Grecia.
Para los investigadores aunque existe un marco jurídico en España que ha dado buenos resultados en la investigación de las prácticas de corrupción, “el informe de hoy muestra un cierto número de deficiencias”, señalanlos documentos difundidos el 3 de febrero por Cecilia Malmström, Comisionada de la Unión Europea para los Asuntos de Negocios.
“La corrupción política, los controles y equilibrios deficientes, sobre todo en el gasto público, y los mecanismos de control a nivel regional y local, son particularmente difíciles en este país", agrega el reporte.
Según los especialistas de la Comisión, las medidas para España deberían focalizarse en observar las administraciones regionales y locales, donde se persiguen nuevas normas sobre financiación de los partidos, estableciendo códigos de conducta integrales para las personas elegidas en la rendición de cuentas adecuadas.
A su vez sugiere observar más las irregularidades en los procedimientos de contratación pública a nivel regional y local.
En el análisis, se detectó que más de tres cuartas partes de los europeos (76 por ciento), y un total del 95 por ciento de los ciudadanos españoles están de acuerdo en que la corrupción está muy extendida en su país de origen.
“La percepción está fuertemente influenciada por escándalos políticos recientes y la crisis financiera y económica que se refleja en una impresión negativa de los encuestados acerca de la situación de la corrupción en general”, dijo el documento.
El pensamiento de que la corrupción es generalizada en su propio país, en España la cifra también es de un 95 por ciento. Solo superada por Grecia, con una percepción de un 99 por ciento e Italia con un 97 por ciento.
Mientras que una cuarta parte de los europeos, es decir un 26 % dijeron que estaban siendo afectados por la corrupción, los españoles, revelaron este hecho en un 63 por ciento, lo cual da el porcentaje más alto en la UE, junto a Grecia, indica el reporte. A ellos les siguen Chipre y Rumanía, con un 57% en cada uno, y Croacia, con un 55 %.
Los países en que los encuestados seguramente dirán que no están afectados son Dinamarca (3 %), Francia y Alemania (6 % en cada uno).
Al igual que en 2011, alrededor de dos de cada tres europeos (67 %) piensan que la financiación de la política partes no es suficientemente transparente y supervisada.
"Lo más probable es que mantenga ese punto de vista son los encuestados de España, que indicaron un 87 %, y Grecia un 86 %", mientras que los que menos probablemente mantengan este punto de vista son los encuestados de Dinamarca, con un 47 %.
Alrededor de uno de cada doce europeos - un 8 por ciento- dicen que han experimentado o presenciado un caso de corrupción en los últimos 12 meses. Los encuestados más propensos a decir que han experimentado o presenciado corrupción fueron Lituania (25 %), Eslovaquia (21 % ) y Polonia (16 %). En cambio Finlandia y Dinamarca un 3 % en cada uno, y Malta y el Reino Unido, un 4% en cada uno.
A su vez el 2 por ciento de los ciudadanos españoles dicen que en los últimos 12 meses se les ha pedido o se espera que paguen un soborno.
Al respeto la comisión aclaró que “en ciertos países, como Portugal, Eslovenia, España e Italia, el soborno parece raro pero la corrupción en un sentido más amplio es una preocupación seria”.
“La corrupción socava la confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas y el Estado de Derecho, afecta a la economía europea y priva a los Estados de los ingresos fiscales que tanto necesita”, comentó Cecilia Malmström, comisionada de los Asuntos financieros de la UE.
Pese que la Comisión Europea reconoce que los Estados “han hecho mucho en los últimos años para luchar contra la corrupción, el informe de hoy muestra que está lejos de ser suficiente”. El informe sugiere “que se puede hacer”, dijo Malmström.
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