El Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aseguró este domingo que el Gobierno de Rusia amenaza la paz y la seguridad en Europa y debe cesar sus actividades militares en Ucrania.
Ante la respuesta positiva de Rusia a la solicitud de ayuda de la región autónoma de Crimea frente al Golpe de Estado fascista perpetrado en Ucrania con el apoyo y financiamiento de Estados Unidos y la Unión Europea, Rasmussen opinó que “lo que hace Rusia en Ucrania viola los principios de la Carta de las Naciones Unidas”.
“Rusia debe cesar sus actividades militares”, aseguró el portavoz de la organización atlántica.
Rasmussen también dijo que este domingo habrá reunión de embajadores de los 28 países de la Alianza Atlántica dedicada a la cuestión ucraniana y agregó que “hoy vamos a discutir las consecuencias para la paz y la seguridad en Europa y para las relaciones de la OTAN con Rusia”.
Crimea es una República autónoma dentro de Ucrania, pero tiene mayoría de rusos hablantes y una importante influencia rusa. Estos habitantes no aceptan al Gobierno de facto en Kiev (capital ucraniana) y en este contexto, la zona está en el centro de una escalada de tensión y un posible conflicto entre Rusia y el Gobierno de Ucrania tras la caída de Víktor Yanukóvich.
La OTAN y su historial de agresiones militares
En 1991, con la Declaración de Roma, la OTAN adoptó una nueva orientación estratégica. Con la caída de la Unión Soviética, la organización atlántica empezó a llevar a cabo agresiones militares en distintas regiones del mundo.
A partir de julio de 1992, la OTAN desplegó buques de guerra en el Adriático para vigilar el embargo de armas contra Serbia y Montenegro y, más tarde, para imponerlo. Éste fue el inicio de un proceso que llevó, en primer lugar, a la intervención militar de la OTAN en Bosnia y, finalmente, al bombardeo de Yugoslavia, contrario al derecho internacional, y a la intervención militar de la OTAN en Kosovo.
En Afganistán, desde 2003, tras la invasión por parte de EEUU, la OTAN desplegó 60.000 soldados para apoyar la agresión militar estadounidense.
En Irak, tras la invasión en agosto de 2004 a manos de EEUU, la organización atlántica se dedica a entrenar a efectivos para mantener el control en el país. Con esta movilización, la OTAN apoya y legitima los hechos consumados de la ocupación estadounidense-británica y el Gobierno iraquí designado.
En 2011 la OTAN bombardeó e invadió Libia para terminar asesinando al Coronel Muammar Al Gaddafi. A día de hoy el país se encuentra sumido en el caos y la violencia, como reconocieron las propias Naciones Unidas, aún habiendo dado luz verde a la agresión imperialista en el país norteafricano.
Actualmente la organización atlántica mantiene amenazas de intervención militar contra Siria y apoya el golpe de Estado fascista ejecutado en Ucrania.
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