Hay una cita muy conocida de Malcolm X, el cual fue un gran defensor de los derechos de los afroamericanos, que dice así: “Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido”. Malcolm era consciente de la labor de los medios de comunicación en crear normalidad de situaciones injustas y en la labor de invisibilidad parcial de los de abajo. Una vez borrado el contexto y la situación real, es relativamente fácil aislar elementos y presentarlos como objetivo a odiar o perseguir.
Voy a poner un ejemplo gráfico. Por ejemplo una fotografía en cualquier periódico donde se vea a un encapuchado destrozando una cristalera bajo el titular de “los violentos bla, bla, bla”. O una fotografía de un policía agredido por un manifestante con similar titular. Esas fotos y titulares aislados de contexto serían ejemplos claros de todo lo que se refería Malcolm X.
Porque en esas fotos no sale que cinco minutos antes quizás el policía es el que ha agredido una manifestación a porrazos y pelotazos o un juez la ha prohibido.
Tampoco sale en la foto que esa policía quizás es un cuerpo de ocupación que solo fue desplegado para reprimir al pueblo y hacer imponer unas leyes nunca aceptadas y que se pasó años repartiendo a mansalva hasta que un día alguien se cansó de recibir y les lanzó una piedra. Tampoco sale en esa foto que quizás esa policía se desplegó porque alguien ganó una guerra . Así como tampoco sale que quizás esa guerra se declaró por unos intereses concretos.
Y si miras que intereses concretos declararon la guerra y se impusieron quizás te des cuenta que son los mismos dueños de las cristaleras bancarias, los jefes de esa policía o los encargados de esos medios de comunicación. Y si se sigue estirando la goma siempre se llega al mismo punto. El capital es el que genera todos los conflictos por su actitud inhumana de promover la injusticia para sacar ganancia.
Toda acción, hecho o realidad está entrelazado y sigue una concatenación que de seguirla nos lleva a la raíz de cualquier problemática. Y son esas raíces que provienen de una semilla las que continuamente son distorsionadas o directamente ocultadas por los que las siembran. Y hay que decir que los que las siembran son los mismos o amigos de los que controlan esos medios de comunicación. El capital tiene bastos medios para hegemonizar el mercado capitalista mediático a través del poder puro y duro. La enérgica persecución de los intentos por romper el monopolio de la información es solo una pequeña muestra de la importancia que tiene para ellos su control.
Bastante gente, aunque no la suficiente, está percatada y prevenida de ese intento por hacer amar al opresor y odiar al oprimido. Sin embargo, hay todavía un problema muchísimo mayor que ese. Ante la impotencia que genera la incapacidad de las clases populares por romper ese monopolio mediático y pese a que se esté lo suficientemente prevenido, la dependencia hacia ese monopolio es un factor todavía mas influyente que estar prevenido o no.
Y esa dependencia hace que los medios de comunicación del capital sean los que en gran medida vehiculicen el accionar de los de abajo. No conseguirán que ames al opresor pero harás lo que éste disponga. Ya que si no se rompe esa dependencia siempre se andará condicionado por el “eso es lo que quieren”, “lo van a manipular”, “Van a dejar en segundo plano lo importante”, etc etc etc… Siempre ellos.
Lo cierto es que al final los medios de comunicación en gran medida marcan la agenda de lo que se dice, de lo que se habla , de lo que se hace, lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer. Y siempre lo hacen ( y siempre lo harán) dejando en segundo plano o simplemente sin tocar elementos fundamentales sea cual sea el accionar del oprimido.
Funcionar en relación a los medios es funcionar en relación a unos intereses del opresor. Y es bastante preocupante funcionar por el que dirán porque eso da por hecho que se piensa que hay opción a que digan algo que te favorezca como si fueran neutrales cuando nunca será así. Ya que ellos están en su posición de fortaleza precisamente por no favorecer a los de abajo. Y bajo ningún concepto la quieren perder.
El caso más clásico y repetido hasta la extenuación es el del oprimido que es apartado de los medios por lo que dice y hace, y que en un intento de romper esa barrera cambia lo que dice y hace para ganar un espacio ahí hasta que se convierte en inofensivo.
Por lo tanto, a parte de estar prevenidos, lo más importante es romper las cadenas de dependencia y eso solo se consigue con auto-confianza, apoyando medios que salgan del circuito controlado por el capital, educación y sobre todo, y lo más importante, aumentando la conciencia crítica personal y de la sociedad. Tampoco está de más boicotear económicamente a los medios que hacen negocio de boicotear a lo y las de abajo.
Borroka Garaia / la haine.org
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