En los próximos días se publicará una investigación de una paleógrafa que atribuye a la mano de sor Lucía dos Santos, el texto publicado en el año 2000
Andrea TornielliCiudad del Vaticano
El Tercer secreto de Fátima, el manuscrito hecho público por el Papa Wojtyla y el cardenal Joseph Ratzinger en junio del año 2000, es “un documento auténtico” y va atribuido a la mano de sor Lucía dos Santos, la más mayor de los tres pastorcillos clarividentes desaparecida en febrero de 2005. Eso es lo que afirma la profesora María José Azevedo Santos, paleográfica, docente en la facultad de Letras de la Universidad de Coimbra, en Portugal, que ha llevado a cabo una investigación sobre el manuscrito de la clarividente en el cual se describe la escena del “obispo vestido de blanco” que sufre el martirio junto a tantos otros cristianos en la cima de una montaña. Una escena que Juan Pablo II atribuyó a sí mismo y al atentado del 13 de mayo de 1981.
La profesora María José Azevedo Santos, en la conclusión de su análisis, concede una entrevista al periódico oficial del santuario mariano portugués, 'La Voz da Fátima', que será publicada el 13 de enero y ha sido anticipada por la agencia católica portuguesa.
“La Iglesia no tiene dudas del hecho que el documento sea origianl”, afirma la estudiosa, “se trata de un documento auténtico, verídico, salido de la mano de sor Lucía”. María José Azevedo Santos, que el pasado septiembre tuvo la posibilidad de hacer una investigación en el Archivo de la Congregación para la doctrina de la fe, explica que la falta de la firma de la clarividente de Fátima no “invalida la autenticidad del documento”, dado que es posible comparar el texto del Tercer secreto con otros manuscritos de sor Lucía y la “conclusión científica” es que la autora es ella.
A pesar de que existe una polémica sobre la autenticidad del texto revelado en el año 2000, los críticos más serios, no ponen en duda que el documento sea de sor Lucía, pero afirma, basándose en algunos indicios, que se trataría de una parte del texto: según su reconstrucción –repetidamente desmentida por el Vaticano-- además del folio que contiene la descripción de la visión, debería haber otro en el que están escritas las palabras que la aparición habría dicho a los pastorcillos para el explicar el significado de la misma visión.
En junio del 2000, cuando el entonces cardenal Ratzinger comentó el texto del Tercer secreto con los periodistas, explicó que no existe una “interpretación oficial” de aquella visión, a pesar de que Papa Wojtyla se había reconocido a sí mismo en el “obispo vestido de blanco” que era asesinado, y sor Lucía, cuando le pidieron una opinión a propósito del Papa, el entonces secretario de la Congregación para la doctrina de la fe, Tarcisio Bertone, confirmó esta interpretación.
En el año 2010, en ocasión del viaje a Portugal, Benedicto XVI fue más cauto, dejando abierta la posibilidad que no toda la profecía –que debe entenderse en el sentido bíblico y no como una película que describe el futuro-- sea cumplida.
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