Aunque la OTAN fue fundada hace 65 años como una fuerza de seguridad colectiva, para muchos se convirtió en una mera fuente de conflictos armados en todo el mundo. ¿Por qué durante todos esos años la alianza no logró hacer del mundo un lugar mejor?
“¡Vae Victis!”, ‘¡Ay de los vencidos!’, fue la respuesta que el general galo Breno dio a los vencidos romanos cuando estos se quejaron de que la balanza con la que medían el oro que debían pagar para obtener la retirada gala estaba amañada. Con la soberbia del vencedor, Breno acompañó sus palabras lanzando su espada al plato de la balanza donde estaban los pesos, cuenta en su quinto libro el historiador romano Tito Livio.
Todo parece indicar que tanto los gobernantes de Estados Unidos como otros líderes de la OTAN aprendieron mucho de la historia, sobre todo de sus páginas más cínicas.
En su reciente discurso en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, el presidente estadounidense, Barack Obama, afirmó que EE.UU. y Europa no quieren controlar Ucrania y no buscan un conflicto con Rusia, sino que la OTAN ya hace 65 años que no hace sino llevar democracia.
El Tratado de la Alianza del Atlántico Norte, más tarde Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue suscrito en 1949 y según su artículo 5.º persigue finalidades puramente defensivas y de ayuda mutua en el caso de un ataque contra alguno de los Estados miembro. Pero la historia ha vuelto a demostrar cómo saben mentir los Estados que se proclaman ‘demócratas’.
Con la desaparición del bloque soviético el simple sentido común de varias personas les hizo pensar que desaparecería también la OTAN, pero ocurrió lo contrario: partiendo del viejo principio ‘vae victis’, el bloque incorporó países de Europa del Este pasando por alto los verdaderos e innumerables crímenes suyos.
Abajo les presentamos un breve ‘guía’ de los conflictos más sangrientos desatados por la OTAN en los últimos 20 años, diplomáticamente llamados por ellos “operaciones de mantenimiento de la paz”.
RT
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